EL MUNDO • SUBNOTA › BRONCA EN ISRAEL CON EL GOBIERNO
› Por Donald Macintyre *
Desde Jerusalén
Con un tenor diferente en sus críticas, hubo algunas figuras prominentes por fuera del gobierno, tanto “halcones” como “palomas”, que quisieron defender cómo el buque “Mavi Marmara” fue atacado el lunes. Después de que Benjamin Netanyahu convocara ayer a su gabinete de seguridad, algunos de los ministros empezaban a cuestionarse la prudencia del asalto.
El espectro completo de desaprobación era aparente en los diarios, con comentaristas haciendo cola para denunciar lo que muchos describían como un “fiasco” y pidiendo la renuncia del ministro de Defensa, Ehud Barak. Las críticas venían aun de aquellos que enérgicamente habían defendido la decisión de detener la flotilla por la fuerza.
Dan Meridor, el viceprimer ministro y uno de los miembros más agudos del gabinete, reconoció a la radio del Ejército que los resultados de la operación naval fueron “muy difíciles”. Es más, sostuvo que la responsabilidad de lo sucedido era del nivel político y no del militar.
Más allá de las disculpas retrospectivas de los que participaron de la operación, los siete hombres fuertes del gabinete que tomaron la decisión de parar por la fuerza a los buques no les dieron los detalles “operacionales”. En el encuentro del miércoles pasado del gabinete, la única voz de disenso fue la del secretario Zvi Hauser, quien planteó si no sería más sencillo dejar que la flotilla navegue hasta Gaza. Pero fue anulado por lo que parecía un consenso, que todavía se mantenía hasta anoche entre los más cercanos a Netanyahu. La mayoría decía que sentaría un peligroso precedente y abriría el camino para la llegada de otros buques que podrían traer armas.
Desde la derecha, el argumento era que no se había empleado suficiente fuerza. David Horowitz, el editor del diario israelí The Jerusalem Post, se quejó de la altamente defectuosa inteligencia militar y de los comandos incorrectamente preparados. El comentarista militar Alex Fishman dijo que fue un “error cardinal” no haber previsto que quienes estaban en los navíos turcos “estuvieran dispuestos a arriesgar sus vidas”. Reconociendo que el escenario no estaba claro y presumiblemente confiando en las fuentes militares, Fishman sugirió que los comandos habían sobreestimado la sencillez de la operación.
Otra de las críticas fue que Israel debería haber recurrido a las viejas tácticas de desarmar la flota antes de que alcanzara el teatro de confrontación. El jefe del Mossad, Meir Dagan, dijo que habían decidido no sabotear el Mavi Marmara, con el riesgo de dejar abandonados a 600 pasajeros en el mar. Uno de los argumentos más sorprendentes fue el de Giora Eiland, antiguo responsable del Consejo de Seguridad Nacional. Eiland dijo que Israel debería haberle dicho a Turquía que no tendría que haber alentado una flotilla “anti-Israel”, ya que el gobierno hebreo no objetaba la “vía marítima” desde Ankara. Eso se aprobaría siempre que fuera el gobierno turco el que mandara sus barcos con una garantía de que no contienen amenazas para la seguridad. Un funcionario del gobierno dijo que no creía que esa idea hubiera sido discutida. De haber sido aceptado por Turquía, la oferta habría significado un alivio del bloqueo de tres años a Gaza pero seguramente, también, habría sido un mejor negocio para la imagen exterior de Israel.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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