Sin aparecer en público, Lula hizo saber que está feliz por los resultados de los comicios del domingo. “El presidente está tranquilo; él siempre fue bueno para el segundo turno”, dijo ayer el ministro de Relaciones Institucionales, Alexandre Padilha, tras reunirse con Lula en el Palacio del Planalto y al referirse a los dos ballottages a los que debió concurrir el ex tornero mecánico para ser electo en 2002 y 2006.

Lula ya había dado ese mensaje de tranquilidad ante una eventual segunda vuelta pocos minutos después de votar anteayer en San Bernardo do Campo, en el estado de San Pablo, al resaltar que “es muy difícil” en Brasil conseguir más de la mitad de los votos en una primera vuelta.

Los medios locales dieron cuenta de que el mandatario dijo similares palabras a Rousseff en la noche electoral, cuando los resultados indicaban que su delfín tendría que esperar cuatro semanas para enfrentar un duelo con el ex gobernador paulista José Serra. La ex ministra logró una ventaja de 14 puntos porcentuales sobre su rival.

Padilha negó ante periodistas que Lula piense en tomar licencia del cargo para dedicarse en pleno a la candidatura de Rousseff. “Eso nunca fue discutido dentro del gobierno”, aseveró el ministro. El vocero también planteó la satisfacción del presidente por la elección de la coalición oficialista que pasará a dominar el Senado y la Cámara de Diputados, al recordar que “Lula convivió con un Senado opositor y ahora salió con la mayoría de estas elecciones; está feliz”.