Miles de bahreiníes regresaron ayer a la plaza de la Perla en Manama, el epicentro de las manifestaciones contra el régimen, después de que la policía y los militares se retiraran. El príncipe heredero de Bahrein, Salman ben Hamad al Jalifa, acusó recibo de la sugerencia de anteayer de Washington y ordenó a las fuerzas de seguridad no intervenir en las protestas pacíficas.”También pedimos a las personas concentradas que abandonen el lugar para evitar cualquier choque”, agregó. Por la mañana de ayer, después de que el ejército dejara el camino libre, la policía antidisturbios disparó algunos cartuchos de gases lacrimógenos pero terminó permitiendo que la gente entrara en la plaza y se instalara con sus tiendas de campaña. Al reingresar, los manifestantes celebraron como si su retorno significara un triunfo sobre el gobierno. “Ni sunitas ni chiítas, somos bahreiníes”, coreaban. Por su parte, la Unión General de Sindicatos de Bahrein hizo un llamamiento a la huelga general ilimitada, que se iniciará hoy. Desde que el lunes arrancaron las protestas en este archipiélago del Golfo, murieron, al menos, seis manifestantes.