Encerrado en un vestuario y con ruidos de bala de fondo, Oscar Elizondo, cordobés, 53 años, ayudante de campo del Al Ahly, salió ileso y lo cuenta. “Escuchaba ruidos de balas que no sabía si eran de goma o de verdad o simplemente ruidos, gritos, sirenas... Nunca pasé tanto miedo”, dijo el argentino, que lleva poco más de un año trabajando en el fútbol egipcio.

Testigo directo de la tragedia reveló que, tras los disturbios, su equipo tuvo que estar encerrado junto a 500 personas en el vestuario. “Entraban y salían los heridos. Y, por desgracia, tuvimos que ver morir a alguno en el suelo”, señaló con una voz que rebosaba calma. Toda la que faltó el miércoles en Port Said.

“La gente estaba histérica, había un ataque de histeria colectiva. Perdí la noción del tiempo, pero intenté relajarme dentro de lo que la situación lo permitía”, se sinceró el ayudante, simpatizante de Independiente de Avellaneda. “¿Qué hubiera sucedido si en lugar de llegar a la puerta nos ganan la carrera los que iban detrás nuestro? –se preguntó–. Me caí y me levanté. ¿Y si caigo mal? Cuando llega la masa, si te agarra uno te agarran catorce a patadas. ¿Y si te pegan una mala patada?”

Para Elizondo, un partido entre Al Ahly y Al Masry puede equipararse a un Real Madrid-Barcelona. Al final del partido, cientos de hinchas de Al Masry saltaron al campo y atacaron a los jugadores de Al Ahly. “Podíamos comunicarnos desde el vestuario (con los familiares), pero con las personas que había adentro era imposible hablar: un sonido, un griterío... Además, en el techo nuestro estaba la tribuna donde se desarrollaron todos los incidentes”, continuó Elizondo, que revivió un incidente parecido ocurrido muchos años atrás.

“Una vez pasé mucho miedo físico en un Boca-Independiente. Era muy chico y en un momento la gente me llevaba, no era dueño de mis pies. Pero no se puede comparar con esto. Allí no me jugaba la vida, aquí sí.” “Los jugadores están muy afectados”, reconoció. Por encima de todos resalta la tragedia que sufrió la estrella de la selección egipcia y del Al Ahly, Mohamed Aboutrika: “Se le murió un niño en brazos. Intentó sacar al chico...”

Además del miedo personal que vivió en el campo, gran parte de la preocupación de Elizondo estaba puesta en su familia, a miles de kilómetros de distancia del lugar de los hechos. “En la distancia todo se magnifica. No es lo mismo que mi mujer esté aquí a que la noticia sea lo que ella ve por televisión. Gracias a Dios, hubo medios que me pusieron en contacto con ella y con mi mamá, que está sola en Argentina”, señaló el técnico, cuya familia vive en la ciudad española de Chiclana.

La situación que se vivió al finalizar el encuentro es una consecuencia directa de la situación de caos político y social que vive el país. “El futuro del fútbol pasa a un segundo orden. Lo primero que tienen que solucionar son los problemas internos”, explicó el argentino, que comentó la grave crisis del país con un claro ejemplo: “Vas ahora a las pirámides y estás solo”, graficó.

“La revolución dejó tocado al fútbol”, analizó el argentino, al que no sorprendió lo ocurrido en Port Said. “Se preveía. Hace dos meses hubo una invasión de campo con heridos, sin muertos. Se suspendió y salimos evacuados en carros militares”, recordó.