Dom 17.02.2002

EL MUNDO • SUBNOTA  › ELADIO HERNANDEZ HABLA DE LA OPOSICION AL GOBIERNO

“Quieren crear un malestar”

“La clase media está con Chávez, lo único que le pide es que rectifique, que le preste atención”, dice el licenciado Eladio Hernández, politólogo de la Universidad Central de Venezuela e investigador del Instituto de Estudios Políticos, en un diálogo con Página/12 que recorrió todas las variables de la crisis venezolana.
–¿Qué expresa la rebelión del coronel Soto en el mapa de la oposición al gobierno de Chávez?
–Lo que está ocurriendo es una disconformidad en un importante sector de la sociedad. En términos particulares, podríamos decir que la manifestación de estos dos militares está montada dentro de un gran movimiento opositor a Chávez que tiene diferentes escenarios: castrense, sindical y político. Creo que por ahora es una oposición “sin rostro” para crear malestar en la población y para lograr a largo plazo una salida electoral o, para las elecciones de 2006, una candidatura alterna.
–Pero, finalmente, Soto parece haberse contentado con sólo conseguir un cargo, tal como denunciaba el gobierno...
–Cuando a un militar no lo ascienden a general –como le pasó a Soto hace algunos años–, que es su máximo escalón, lo afecta mucho económicamente y en su jerarquía. Es un tipo de caso que ha ocurrido varias veces en la historia del país, pero entonces los militares no eran deliberantes.
–¿Qué significa exactamente que sean deliberantes que, precisamente, fue el argumento de defensa de Soto?
–Significa que los militares pueden opinar en política, lo cual tiene rango constitucional. Es decir, se eliminó –como constaba en la constitución del 61– el estatuto de “apolíticos” para los militares. Ahora pueden votar y deliberar pero no organizarse en partidos políticos ni organizarse para ser elegidos siendo oficiales activos. Soto ha deliberado pero se manifestó en contra de su superior inmediato, lo cual ya es otro asunto. Yo percibo un gran descontento al interior de las FF.AA. pero de tipo institucional, como lo pueden tener otros sectores. Otra cosa diferente es lo que se intenta hacer ver: que ese malestar está engendrando un golpe militar. Eso no es posible. El ejército responde mayoritariamente a Chávez y, además, está muy comprometido en las acciones gubernamentales. La Armada es la segunda fuerza pero es muy menor. Hasta hace 15 años, sus oficiales eran los grandes oligarcas, los descendientes de los generales de la Independencia. Hoy ya no es así. Y, en tercer lugar, está la Fuerza Aérea que es más pequeña aún. Después está la Guardia Nacional que es muy importante aunque no es una fuerza militar estrictamente hablando. Además, es una institución muy apegada a la democracia ya que nacieron en la apertura democrática de 1936, por el entonces presidente Eleazar Contreras.
–¿Quiénes son la oposición?
–En el caso de la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV), por ejemplo, el problema es el desconocimiento por parte del gobierno a la legitimidad de la cúpula sindical. En el caso de la clase media, el análisis no debería hacerse en términos de clase social. Porque, al fin de cuentas, una de las insurgencias de la clase media es con Chávez: la clase media es la que apoya fuertemente a Chávez.
–¿Cómo es eso?
–La clase media es un sector que se ha sentido relegado por parte del gobierno y el gobierno ha contribuido a eso. Es un malestar pero no una militancia antichavista. En 1998 la gente se identificó con un proceso de cambio y la inmensa mayoría de la clase media apoyó a Chávez, pero después de iniciado el proceso de transformaciones en el 98-99, se sintió relegada; es la clase media de profesiones liberales, de profesores universitarios y pequeños empresarios. Chávez insistió con que ésta era una revolución de los sectores bajos, que la clase media tenía que esperary sacrificarse por los más pobres. Pero lo que esta clase pide ahora no es que se vaya Chávez, sino que rectifique.
–¿Cómo es el mapa político entre chavistas y antichavistas?
–A mi modo de ver, Chávez cuenta con el apoyo casi total de los sectores humildes y recibe un apoyo crítico de las clases medias medias y medias bajas. Creo, además, que hay dos polos más extremistas: los antichavistas radicales –el 10 o 15% de la población– concentrados en las clases altas y medias altas. Y, por otro lado, un 20 o 25% de la sociedad que podrían denominarse los chavistas más radicalizados, caso todos provenientes clases bajas. Son, para decirlo de alguna manera, la izquierda y la derecha.
–¿Qué posibilidades tiene la huelga general por tiempo indeterminado que intenta promover la oposición?
–Creo que ninguna. Es un atrevimiento muy fuerte porque no la soportan ellos ni el país.
–¿Qué problemas puede generar la libre flotación del dólar?
–Al retraerse los ingresos petroleros, se fue a una devaluación y luego cierto aumento de los precios, lo cual va a provocar malestar en la clase media. Chávez va a tener que poner en juego su habilidad política. En primer lugar, creo que deberá bajar su tono discursivo y reducir los niveles de conflictividad social para lo cual entregará algunas concesiones a los grupos que presionan.
–¿De qué manera influye en el esquema político interno la política exterior de Chávez?
–Se ve muy mal en términos generales: es infantil. A Chávez le falta prudencia política: o no la quiere tener o le gusta crear malestar en los sectores adversos. Eso fue lo que pasó después del 11 de septiembre: Chávez viajó a Medio Oriente a fines de ese mismo mes cuando, en realidad, lo podía hacer un ministro o cualquier funcionario. Chávez se empecinó en que iba a ir él, al contrario de lo que decía la asamblea. Los sectores que lo apoyan o hacen silencio sobre estas cosas o lo justifican con que hay que defender el precio del petróleo. Y eso está bien; pero en ese momento no era él quien debía hacerlo. Con respecto a Cuba es de matiz. Fidel Castro vino aquí con Carlos Andrés Pérez y la primera vez vino con Rómulo Betancourt en el mismo año 59, un mes después de triunfar la revolución. La diferencia de Chávez es que dice “mi amigo, mi padre, jefe de la revolución”, una serie de acotaciones falsas: Fidel no es el protector de Venezuela.
–¿Cómo caracterizaría ideológicamente al gobierno de Chávez?
–De centroizquierda. Los calificativos de dictador o fascista de la oposición son insostenibles. Con respecto al calificativo de populismo tiene un poco más de solidez intelectual, pero del populismo-militarista al populismo-democrático hay una diferencia sustancial.

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