La delegación cubana en el diálogo bilateral sobre migración que se celebró ayer en Washington valoró el tono del diálogo con Estados Unidos. La reanudación de las conversaciones, que permanecían en stand by desde enero de 2011, se desarrolló en un clima respetuoso, señalaron los representantes de la isla, en una declaración difundida al término de la reunión. “La delegación de Cuba reiteró su disposición a mantener esos intercambios en el futuro, por su importancia para los dos países”, señaló el texto. No obstante, tal y como hizo en las anteriores rondas dedicadas a tratar este asunto, La Habana reiteró que el contrabando de emigrantes no podrá eliminarse ni se podrá alcanzar una emigración legal, segura y ordenada entre los dos países mientras se mantengan las políticas de “pies secos-pies mojados” y la “Ley de Ajuste Cubano”. Esa norma, vigente desde 1966, y la política de “pies secos-pies mojados” establecen que los cubanos que llegan a suelo estadounidense pueden quedarse, mientras que los náufragos encontrados en el mar, aunque hayan sido interceptados a pocos metros de la orilla, son devueltos a Cuba. Para la isla, estas medidas estimulan la emigración ilegal y las entradas irregulares de ciudadanos cubanos a los Estados Unidos. La delegación cubana estuvo encabezada por la directora de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Josefina Vidal. La norteamericana, por su parte, fue representada por Edward Alex Lee, uno de los subsecretarios de Estado adjuntos de Washington para Latinoamérica.

En la cita se revisó la marcha de los acuerdos migratorios vigentes entre los dos países y fueron evaluados los principales resultados de las acciones emprendidas por cada una de las partes y de forma conjunta para enfrentar la emigración ilegal y el tráfico de emigrantes, según detalló la declaración cubana.