El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, mantiene en su agenda la gira de casi una semana por cuatro países de Asia que comenzará el próximo sábado a pesar de la paralización parcial de la administración federal que entró en vigor ayer por falta de fondos, dijo su portavoz, Jay Carney. La no reasignación de presupuesto para el nuevo año fiscal que se inició ayer afectará a más de 800 mil empleados públicos.

Al regresar hoy a sus oficinas para juntar sus pertenencias hasta que sean destinadas nuevas partidas, estos empleados se encontraron con una carta de Obama donde les agradecía su trabajo y les solicitaba hicieran todo lo que estuviera a su alcance para retomar el ritmo normal de las actividades. En el primer día del cierre del gobierno, los principales ministerios amanecieron con anuncios en sus páginas web sobre cómo serán llevadas adelante las gestiones bajo el escenario actual y alertando sobre la falta de información, actualización o seguimiento que podrían sufrir sus portales, como refleja la misma Casa Blanca.

Además de significar la paralización de servicios habituales, la falta de presupuesto representará a las arcas del Estado un costo cercano a los mil millones de dólares. Numerosos centros públicos deberán cerrar sus puertas, con las únicas excepciones de los servicios de emergencia y los encargados de la seguridad del país. Así, cerrarán museos, parques nacionales y oficinas donde se tramitan los pasaportes; las que efectúan el mantenimiento de armas e instalaciones militares; las de recaudación fiscal y las de otorgamiento de préstamos.

Los guardias de prisiones, agentes de frontera y controladores aéreos continuarán trabajando sin recibir provisoriamente su sueldo, en tanto que los militares recibirán su paga, ya que el Congreso aprobará una ley que les garantizará su remuneración. Obama garantizó ayer por ley los fondos para sostener a las fuerzas armadas. En la Casa Blanca, el 75 por ciento de los empleados regresará a sus hogares sin gozar de su sueldo hasta que termine la medida; en el Departamento de Defensa, 400 mil empleados civiles del Pentágono correrán la misma suerte; y en el Departamento del Tesoro, el 88 por ciento de los asalariados quedará temporalmente sin trabajo.