EL MUNDO • SUBNOTA › UCRANIA SE PREPARA ANTE EL MOVIMIENTO DE TROPAS RUSAS EN CRIMEA
Luego de que un gobierno interino asumiera el poder en Kiev, la relación con Moscú degeneró en una escalada. “Estamos al borde del desastre”, dijo el premier Yatseniuk. Estados Unidos amenazó con boicotear la cumbre del G-8 en Sochi.
El temor a una inminente guerra crecía ayer en Ucrania luego de que el gobierno en Kiev ordenara movilizar a toda su tropa. Soldados y buques rusos rodearon los principales objetivos militares y costas en Crimea, una región estratégica en las costas del Mar Negro. Mientras en Kiev decenas de miles de manifestantes se congregaban nuevamente en la Plaza de la Independencia para repudiar un eventual ataque militar de Moscú, las imágenes que llegaban desde Crimea revelaban la escalada protagonizada por Rusia y la ex república soviética. Antes de que el presidente Putin aceptara la propuesta de Merkel, Estados Unidos dijo que mantenía todas las opciones sobre la mesa e informó que el secretario de Estado, John Kerry, viajará a Kiev mañana para expresar el apoyo a las autoridades ucranianas ante la intervención militar rusa en Crimea.
Ayer, soldados uniformados –aunque sin identificación– rodearon las principales bases e instalaciones militares en Crimea, en muchos casos bloqueando cuarteles con cientos de efectivos ucranianos adentro. Las escenas eran casi inverosímiles: manifestantes con banderas rusas apoyando a los soldados que rodeaban los cuarteles, cruzándose con las madres y los familiares de los guardias ucranianos que se acercaban para acompañar a sus seres queridos. Mientras tanto, cuatro buques de guerra enviados por Moscú llegaron hasta las costas de la ciudad de Sebastopol, en la región de Crimea, según la cadena de noticias británica BBC. La tensión y la incertidumbre aumentaron cuando se conoció un video en Internet que mostraba al recién nombrado jefe de la armada ucraniana, Denis Berezovski, jurando lealtad al “pueblo crimeo”.
El ministro de Defensa ucraniano, Vladimir Zamana, desmintió la supuesta deserción del jefe militar, pero la agencia de noticias rusa Interfax informó que el gobierno en Kiev pidió abrir un proceso por traición contra Berezovski. El medio ruso además reportó que el nuevo primer ministro prorruso de Crimea elegido por el Parlamento local hace tres días, Serguei Axionov, anunció la creación de una Marina de Guerra autónoma, liderada por el propio Berezovski.
Después de la caída de la Unión Soviética y la independencia de Ucrania, Moscú sostuvo una tensa relación con su vecino, hasta que en 1997 acordaron mantener la base rusa de Sebastopol, hogar de la Flota Rusa del Mar Negro, zona estratégica para las rutas comerciales y, principalmente, porque por allí pasan muchos de los gasoductos y oleoductos trazados por Rusia y sus aliados para evitar países como Ucrania y Bielorrusia, que en la última década se acercaron a la Unión Europea (UE). Luego de que un nuevo gobierno interino asumiera el poder en Kiev, la relación entre Ucrania y Rusia se tensó y degeneró en una escalada militar entre los dos países. El Parlamento ucraniano se reunió en la mañana de ayer, después de que Moscú movilizara a su tropa para estabilizar la situación en Crimea, y ordenó alertar a toda su fuerza militar y convocar a los reservistas para enfrentar un eventual ataque de la potencia vecina.
La posición oficial del gobierno ruso es que movilizaron sus tropas en Crimea para defender a los compatriotas que viven en esa región y que, según Moscú, son amenazados por nacionalistas que tomaron recientemente el poder en Kiev. Un argumento similar al que utilizaron en la guerra con otra ex república soviética, Georgia, en 2008. “Esto no es una amenaza. Esto es realmente una declaración de guerra contra mi país”, sentenció ante el pleno de los diputados el primer ministro interino, Arseny Yatseniuk. El político proeuropeísta fue uno de los principales líderes de las protestas que acosaron al gobierno prorruso del depuesto presidente Yanukovich durante tres meses, hasta conseguir tomar el poder la semana pasada. Luego, el premier interino habló en inglés por la televisión y pidió ayuda a las potencias occidentales: “Estamos al borde del desastre”, advirtió.
Según informó la Cancillería alemana, el presidente ruso aceptó las sugerencias de Berlín en favor de iniciar el diálogo político ante la crisis que atraviesa la península ucraniana de Crimea (ver página 21). El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia aseguró que Moscú no busca entrar en guerra con Ucrania. “Estamos en contra de utilizar esta terminología en relación con la cercana Ucrania”, dijo ayer el viceministro del Exterior, Grigori Karassin, a la televisión estatal.
“Putin podría no tener la cumbre del G-8 en Sochi y él mismo podría perder su lugar en el bloque si esto continúa”, advirtió el secretario de Estado norteamericano, John Kerry. El jefe de la diplomacia de la Casa Blanca no dudó en calificar la delicada situación en Crimea como “un increíble acto de agresión” por parte de Rusia. Kerry, quien no quiso adelantar cuál será la reacción de Estados Unidos si la escalada militar continúa, lanzó una clara amenaza: “Todas las opciones están sobre la mesa”.
A todo esto, el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Anders Fogh Rasmussen, también condenó el avance militar de Rusia y acusó al presidente Putin de violar los principios de la Carta de las Naciones Unidas. “Es una amenaza para la paz y la seguridad en Europa”, sentenció antes de ingresar a la reunión de emergencia a puertas cerradas que convocó la OTAN para tratar la situación en Ucrania.
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