Jean-Claude Duvalier negó sistemáticamente los crímenes cometidos por su régimen. “Durante mi mandato, los niños podían ir al colegio, no había inseguridad”, llegó a afirmar durante el juicio que afrontó a principios de 2013. “Creo que he hecho todo lo posible para garantizar una vida digna a mis conciudadanos. A mi regreso me encontré con un país colapsado y plagado de corrupción; ahora me toca a mí preguntar: ¿qué han hecho con mi país?”, exclamó. Baby Doc defendió incluso las operaciones de una antigua cárcel en la capital del país donde eran habitualmente encerrados sus opositores políticos, señalando que allí había “todo tipo de delincuentes y traficantes de drogas”. En su momento, acusó a varias organizaciones internacionales de derechos humanos de “intentar siempre desestabilizar” su gobierno, en vez de ayudar al establecimiento de la democracia en Haití. El gobierno del presidente Michel Martelly, en una medida muy cuestionada en su momento, le renovó su pasaporte argumentando que tiene derecho por ser un ex jefe de Estado.