El atentado contra la revista Charlie Hebdo provocó rápidamente la condena de decenas de gobiernos de todo el mundo. Mientras tanto, varios Estados europeos reforzaron su seguridad en pos de prevenir eventuales ataques en sus territorios.

Además del inmediato repudio de Cristina Kirchner y el gobierno argentino (ver página 7), en América latina se escuchó la voz de la mandataria brasileña, Dilma Rousseff. “Se trata de un ina-ceptable ataque a un valor fundamental de las sociedades democráticas: la libertad de prensa.” También su colega de Chile, Michelle Bachelet, se declaró consternada y expresó toda su solidaridad con Francia. No tardó en llegar el pronunciamiento de la Unasur (Unión de Naciones Sudamericanas), de boca de su secretario general, Ernesto Samper. “Sentimos la pérdida de vidas humanas y esperamos que el hecho se esclarezca. El terrorismo sólo produce sangre, dolor, lágrimas y venganza” en relación con el atentado.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, también expresó su indignación. “El hecho de que éste fue un ataque a periodistas, a nuestra libertad de prensa, también pone de relieve el grado en el cual estos terroristas temen la libertad de expresión y de prensa.” Y destacó que así como París estuvo con Washington después de los atentados contra las Torres Gemelas de 2001, Wa-shington estará con ellos ahora. Por su parte, en un discurso pronunciado en inglés y francés, el secretario de Estado, John Kerry, aseguró que “ningún país sabe mejor que Francia que la libertad tiene un costo, porque Francia dio a luz a la propia democracia”.

Los líderes de Reino Unido, Alemania, España, Italia, Hungría, entre otros en Europa, unieron su voz para repudiar el ataque contra el medio francés. El canciller de Turquía, Mevlüt Cavusoglu, advirtió sobre la islamofobia en el Viejo Continente. “Estamos en contra del terror, venga de donde venga y tenga la causa que tenga. Europa sufre de xenofobia, racismo e islamofobia y este tipo de actos de terror los incitan aún más.”

Desde Medio Oriente, Jordania, Líbano, Egipto, Arabia Saudita e Irán, entre otros gobiernos, también repudiaron el atentado. Respecto de este último estado, la portavoz del ministro de Exteriores, Mariseh Afjam, expresó a través de un comunicado que los ataques terroristas contra inocentes no tienen relación alguna con el Islam y son, por ende, inaceptables. Además dijo que defender religiones y figuras religiosas bajo el manto de la libertad de expresión resulta igualmente inaceptable.

Por su parte, el papa Francisco también se sumó a la ola de indignación y dolor que generó el atentado. En un comunicado a través de su portavoz, dijo que el Papa “expresa la más firme condena por el horrible atentado que ha devastado esta mañana la ciudad de París, con un alto número de víctimas, sembrando la muerte, sumiendo en la consternación a toda la sociedad francesa y perturbando a los amantes de la paz, más allá de las fronteras de Francia”.

Pero las declaraciones de condena no fueron las únicas reacciones de algunos Estados vecinos. Este fue el caso de España, que elevó sus niveles de alerta antiterrorista. El ministro del Interior anunció que el gobierno elevó de 2 a 3 el nivel de alerta. También hizo lo propio Alemania.