El Banco Central Europeo (BCE) dejará de aceptar la deuda soberana griega como garantía para prestar dinero a los bancos helenos, decisión que corta una importante vía de financiación para las entidades de crédito del país. Esta suspensión, decidida por el consejo de gobernadores, es conforme a las reglas del Eurosistema, teniendo en cuenta que no es posible actualmente anticipar un resultado positivo del programa de ayuda internacional del que se beneficia Atenas, según indicó la institución de Francfort. La decisión podría agravar un poco más la asfixia financiera del Estado griego. El consejo de gobernadores se reunió en Francfort ayer tras la visita por la mañana del nuevo ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis. El ministro le pidió a Mario Draghi, el presidente del BCE, que ayude a su país a “mantener la cabeza a flote” respaldando a los bancos griegos mientras el nuevo gobierno busca un acuerdo con sus socios europeos sobre el programa de rescate en vigor. La decisión anunciada por el BCE supone el fin de un sistema ventajoso que formaba parte del plan de rescate.