El volcán Calbuco registró una segunda y violenta erupción a menos de siete horas de producida la primera y obligó la evacuación de casi 5 mil personas en la región más cercana. Sus cenizas llegaron al sur de la Argentina, sembraron nerviosismo, pero hasta ahora no provocó víctimas. Un andinista de 21 años, reportado como desaparecido, fue hallado con vida. Las clases fueron suspendidas y muchos vuelos locales se cancelaron. Ayer visitó la zona la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, quien llamó a la población a protegerse con mascarillas. Mientras no se descarta una tercera erupción, otro volcán, el Villarrica, permanece en alerta naranja.

Tras 54 años –en 1972 hubo registros de una leve actividad, pero no de erupción–, el macizo de 2300 metros de altura despertó el miércoles, lanzando una columna de cenizas que superó los 15 kilómetros de extensión. Hubo imágenes dantescas de la gigantesca columna de gases y la expulsión de material incandescente. El nuevo pulso eruptivo se produjo a la 1 (hora local) del jueves y “liberó energía similar al pulso anterior”, anunció el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, quien añadió que se mantiene la zona de exclusión en unos 20 kilómetros alrededor del macizo por una probable tercera erupción. Las autoridades decretaron alerta sanitaria para la provincia de Llanquihue y la comuna de Puerto Octay.

En la tarde de ayer, los pobladores de Puerto Varas recibieron la visita de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, quien advirtió: “Todavía estamos en la tarea de rescatar personas que pueden estar aisladas y requieran apoyo”. “No sabemos cómo va a evolucionar (el volcán). Es bastante impredecible”, dijo la mandataria. La erupción del Calbuco llevó a que se decretara alerta rojo en Puerto Montt y Puerto Varas, ubicadas en la región de Los Lagos, 1300 kilómetros al sur de Santiago. Precisamente en Puerto Montt, las emanaciones del volcán cubrieron toda la ciudad, registrándose enormes atascos de tránsito y largas filas en las estaciones de servicio. “La gente está muy asustada”, dijo el alcalde Gervoy Paredes. Pero luego la situación tendió a normalizarse. En la localidad chilena de Ensenada, uno de los sectores más cercanos al Calbuco, se acumulaba cerca de un metro de ceniza y piedrecillas, mientras que los techos de algunas viviendas cedieron ante el peso del material.

Durante las dos erupciones, cientos de turistas de todo el mundo registraron con cámaras la fumarola gris oscura. “La gente tenía más expectación que temor y se acercó a las orillas del lago Llanquihue, donde sacó fotos”, dijo el poblador Alvaro Ascencio. “Yo venía de turismo a Chile por tres meses, pero no me esperaba esto. La erupción fue increíble (...). Mis vacaciones están pagadas con el espectáculo del Calbuco”, relató entusiasmado Cody Fritz, un turista estadounidense de 30 años.

Chile es un país con una curiosa geografía, angosto y de más de 4 mil kilómetros de extensión. Alberga desde el desierto más árido del mundo hasta las mayores reservas de agua dulce. Tiene unos 90 volcanes activos. La erupción del Calbuco se convirtió en la última de una serie de catástrofes. Meses antes, un inusual temporal provocó aluviones que dejaron 30 muertos en la región de Atacama.