Por Ferrán Sales *
Desde Jerusalén

Mientras en Ginebra se firmaban ayer solemnemente los acuerdos de paz, elaborados por representantes de los sectores moderados israelíes y palestinos, cuatro personas, entre ellos un niño de 9 años, morían en Ramalá, tiroteados por el ejército israelí en el transcurso de una ofensiva lanzada sobre la ciudad. Esta operación, una de las más duras de las últimas semanas, supone el contrapunto de la firma de un pacto para la pacificación que cuenta ya con el respaldo de un 31 por ciento de los israelíes, contra el 38 por ciento, según encuestas publicadas por el periódico Haaretz.
En la ofensiva contra Ramalá participaron centenares de soldados de infantería y agentes de los servicios secretos del Shin Beth, apoyados por vehículos blindados y protegidos por helicópteros de combate, que en la medianoche del domingo al lunes entraron a la capital de Cisjordania por diversos puntos. El ejército aseguró que esta operación estaba destinada a desarticular las redes locales de Hamas y tratar de localizar a uno de sus máximos dirigentes, el jeque Ibrahim Hamad.
Las tropas asediaron durante cerca de veinticuatro horas los barrios de Tira, Al Irsal, Ramala Al Tahta, Asharfa y el campo de refugiados de Amari, donde llevaron a cabo registros casa por casa, tratando de localizar a militantes de Hamas.
La ofensiva de Ramalá se producía mientras en Ginebra se firmaban los acuerdos de paz negociados por pacifistas de los dos bandos, un documento que cuenta ya con el apoyo del 31 por ciento de los israelíes, según una encuesta publicada por Haaretz. La misma encuesta asegura que el 38 por ciento está en contra del documento de pacificación. El sondeo confirma además la baja de popularidad de Ariel Sharon, que tiene el apoyo del 52 por ciento de la población, contra el 42 por ciento.
Sin embargo, en el lado palestino la firma de los Acuerdos de Ginebra continuó ayer provocando las protestas de los sectores radicales, algunos de los cuales se manifestaron en Gaza. La movilización más importante se llevó a término en el campo de refugiados de Jabalia, por cuyas calles desfilaron más de 1500 jóvenes. Una de las principales críticas que se hacen al acuerdo es no haber respetado el derecho al retorno de casi cuatro millones de refugiados palestinos.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.