El ex administrador civil estadounidense en Irak, Paul Bremer, manifestó ayer que sentía como si le hubieran sacado un enorme peso de encima tras su partida de Bagdad, aunque lamentó que Estados Unidos no haya podido controlar la violencia antes de transferir el poder a los iraquíes. “Es como si me hubieran quitado un gran peso de los hombros”, dijo Bremer a la cadena ABC en los jardines de la Casa Blanca, dos días después de la transferencia de poder en Irak. Bremer lamentó en sus declaraciones a ABC que “no fuimos capaces de controlar la situación de seguridad antes del fin de la ocupación”. No obstante, dijo que su mayor alegría fue la firma de la constitución provisional en marzo. También dijo que ayer era “un día maravilloso para los iraquíes”, tras tomar el control sobre el ex dictador Saddam Hussein. “El tendrá la clase de justicia que negó a su propio pueblo”, puntualizó Bremer, subrayando su absoluta confianza en la capacidad de Irak para juzgar a Saddam Hussein.