El ex ministro franquista Manuel Fraga Iribarne, con 82 años, no logró perpetuarse en una quinta presidencia. Los socialistas, con su candidato Emilio Pérez Touriño (PSdeG) –que harán coalición con los nacionalistas con Anxo Quintana (BNG)–, contaron con el respaldo del presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Los gallegos dentro y fuera de la región ratificaron los resultados del 14 de marzo de 2004, que acabaron con ocho años de gobierno conservador de José María Aznar –y el escándalo del líder popular sobre el atentado del 11 de marzo–. Retrospectivamente, en enero de 2003 caía la primera cabeza de otro escándalo, el del hundimiento del buque “Prestige”: el delfín de Fraga, Xosé Cuiña.
En su eslogan de campaña para las elecciones de 2004, el líder socialista Zapatero optó por los 10 Mandamientos para enfrentar a sus adversarios: No matarás (como en Irak, guerra apoyada por Aznar, recordemos que como primera medida de gobierno Zapatero retiró las tropas españolas). “No mentirás”, como durante la catástrofe ecológica de 2002 del buque petrolero “Prestige”. Entonces, la primera víctima política fue el ministro regional gallego de Política Territorial (el número dos del gobierno), Xosé Cuiña. Este presentó su renuncia el 16 de enero de 2003, luego de revelarse que una empresa de su familia vendió material para limpiar las playas contaminadas por la marea negra provocada por el derrame de petróleo. Cuiña era hasta entonces el más firme candidato a suceder al –hoy saliente– presidente gallego.
El fracaso de la campaña electoral de los populares socava aún más el liderazgo de su presidente, Mariano Rajoy. Estas elecciones –las séptimas que se celebraron en la historia de esta región–, se anunciaban como las más reñidas hasta ahora y prueba de ello fue el continuo desembarco de los principales líderes nacionales, tanto del PSOE como del PP, para vestir a sus candidatos. Durante la campaña, la derecha hizo sucesivas marchas contra los proyectos socialistas generales: casamiento homosexual, diálogo con la organización separatista vasca ETA con condición de su desarme. Un dato a tener en cuenta: la gestión de Zapatero lanzó desde febrero hasta mayo de este año un proceso de regularización de inmigrantes extranjeros (de 700 mil, 80 son argentinos y ya 22.600 comenzaron el blanqueo). Es dable suponer que los emigrantes gallegos en nuestro país estén a favor de este tipo de medidas, que puedan afectar a sus propios núcleos familiares. Tras perder Galicia, el PP, cuya influencia depende como nunca de su eje regional en España, controla siete de las 17 comunidades autónomas de España, entre ellas Madrid, Valencia y Castilla y León.