Arsén Kanokov, quien fue nombrado sólo hace dos semanas presidente de Kabardino-Balkaria, aseguró que en los ataques contra Nalchik participaron combatientes de la organización Yamat Yarmuk, el más importante grupo extremista en activo en esa república. Aunque las fuerzas de seguridad habían afirmado haber aplastado al grupo, los principales ataques en Kabardino-Balkaria fueron reivindicados por Yamat Yarmuk, como, por ejemplo, la operación realizada en diciembre del año pasado contra el Comité de Control de Narcóticos. En aquella ocasión, miembros de la organización quemaron el edificio de la policía antidroga y robó 79 fusiles Kalashnikov y 182 pistolas.
Ahora Kanokov reconoce que el grupo está vivo y activo. Yarmuk se subordina al emir de Chechenia y participa en los atentados terroristas de la guerrilla separatista. El Kremlin considera que Yarmuk participó en la voladura de los edificios de viviendas en Moscú en 1999 y en diversos ataques perpetrados en el Cáucaso del Norte. Esta año, Yarmuk declaró la guerra santa contra “las fuerzas de ocupación” rusas. Su último líder, Anzor Astemirov, fue aniquilado ayer en los suburbios de Nálchik.
Los extremistas islámicos organizaron el año pasado dos ataques similares al de Nalchik. El más sangriento fue el asalto al Ministerio del Interior de Ingushetia en junio. Aquella operación, realizada de noche y dirigida por Shamil Basáyev, se convirtió en una auténtica caza de policías. Como resultado, murieron 62 miembros de las fuerzas del orden público y 28 civiles; además hubo cerca de un centenar de heridos. El segundo ataque ocurrió en Chechenia dos meses más tarde y tuvo como blanco varios puestos de control de Grozni, una comisaría y dos colegios electorales. En aquella ocasión participaron cerca de 300 separatistas que dejaron 30 muertos entre las fuerzas del orden; también hubo varias víctimas mortales entre los civiles y decenas de personas resultaron heridas.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.