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¿Otro hombre del presidente?
Cuando parecía que el caso Plame comenzaba a amainar, el periodista de The Washington Post Bob Woodward –famoso por su participación en la revelación del caso Watergate– reavivó la polémica al confesar que un alto funcionario de la Casa Blanca le había dado el nombre de la agente de la CIA, Valerie Plame, un mes antes de que lo difundiera la prensa. Esto cambia la cronología hasta ahora aceptada, ya que Woodward se convertiría en el primer periodista en haber conocido la identidad de Plame y Lewis Libby, el jefe de gabinete del vicepresidente Dick Cheney y el único funcionario procesado por el caso, no habría sido el primer hombre de la Casa Blanca en haber revelado el nombre de la agente. Este giro es especialmente importante ya que fue uno de los argumentos que el fiscal especial Patrick Fitzgerald utilizó para acusarlo.
Woodward –que reveló el escándalo Watergate que le costó la presidencia a Richard Nixon– declaró el martes ante el fiscal especial Fitzgerald y le reveló que un alto funcionario del gobierno estadounidense –al que decidió no nombrar debido a un acuerdo de confidencialidad– le habló sobre la agente Plame a mediados de junio de 2003, un mes antes de que su identidad fuera revelada en la prensa. Además, la declaración de Woodward da un paso más en la confirmación del móvil político que habría estado detrás de la divulgación de la identidad de la agente de la CIA. Según el periodista, el funcionario “X” no mencionó a Plame por su nombre, sino que se refirió a ella sólo como la “esposa de Wilson”.
Joseph Wilson es un ex embajador estadounidense que se convirtió en el 2003 en uno de los opositores más feroces a la intervención en Irak. Wilson no dudó nunca en afirmar que el nombre de su esposa fue deliberadamente revelado por alguien dentro de la Casa Blanca en venganza por haber denunciado la falsedad de las pruebas presentadas por el presidente George W. Bush en el “discurso a la Nación” en el que acusó a Irak de tener armas de destrucción masiva.
Mientras tanto, la investigación continúa. El principal asesor político de Bush, Karl Rove, todavía está bajo investigación en el caso y el propio Cheney podría incluso ser llamado a rendir testimonio ante la Justicia. Uno de los más beneficiados con esta revelación es Libby. Por un lado, ya no sería el primer funcionario que dio el nombre de Plame, como argumentó Fitzgerald cuando lo acusó formalmente y, además, Woodward declaró que en aquella época, dos años atrás, se entrevistó con Libby para hablar sobre la situación previa a la invasión de Irak y no recuerda que le haya mencionado el nombre de la agente.
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