Dos malas noticias para Augusto Pinochet. En primer lugar, la Corte Suprema rechazó un recurso para anular el procesamiento por el secuestro y asesinato de seis personas en el marco de la Operación Colombo, por lo que continuará con el arresto domiciliario. El fallo de ayer de la Corte fue dividido. Tres votos contra dos decidieron que el ex dictador chileno continuara detenido en su domicilio como lo determinó el 24 de noviembre pasado el juez Víctor Montiglio. En segundo lugar, el presidente Ricardo Lagos sigue con su política para cambiar la cara de la Corte y propuso para la última vacante al juez Carlos Cerda, el actual responsable de la causa por las cuentas secretas que el ex dictador tenía en el exterior. Esta es la segunda vez que Lagos postula a un juez que procesó a Pinochet. El primero fue el predecesor de Cerda en la causa Riggs, Sergio Muñoz.
Cerda es reconocido por su públicas y desafiantes posturas frente a cuestiones humanitarias. La candidatura de Cerda para la Corte enturbia aún más el futuro jurídico de Pinochet. Si el actual juez de la causa Riggs accede al supremo tribunal ya serían dos los ministros de la Corte que llegan a ese cargo después de procesar al ex dictador: un claro giro ideológico en una Justicia que todavía mantiene figuras muy ligadas con el antiguo régimen pinochetista.