Dom 22.01.2006

EL MUNDO • SUBNOTA

“En Latinoamérica están cambiando hoy el mensaje y los mensajeros”

Es un ex militar peruano, intentó un fallido golpe contra Alberto Fujimori y, en clara sintonía de onda con Evo Morales, se postula para las presidenciales de abril en su país. Página/12 entrevistó ayer en La Paz al nacionalista que entusiasma a Hugo Chávez y pone los pelos de punta a la Casa Blanca.

Por P.S.
Desde La Paz


El candidato nacionalista peruano que encabeza las encuestas junto con la derechista Lourdes Flores fue una de las “estrellas” durante la ceremonia andina que invistió a Evo Morales como nuevo presidente de Bolivia. Nativos y extranjeros, entre ellos varios jóvenes argentinos, persiguieron al candidato que entusiasma a Hugo Chávez y le pone los pelos de punta a la Casa Blanca para sacarse fotos y expresarle su apoyo. La prensa hizo lo propio para que diera más definiciones de su polémico movimiento. “Lo felicitamos y le deseamos suerte en las elecciones”, le dice una señora de pollera mientras le estrecha la mano. En los últimos tiempos, Ollanta se diferenció de su hermano Antauro y moderó su discurso.

Presto a abandonar Tiahuanacu, el “Comandante Ollanta”, como lo llaman sus colaboradores, recibió en exclusiva a Página/12 en la combi que lo regresaría a La Paz. Estas son sus definiciones.

–¿Qué representa el etnocacerismo?

–En realidad, yo no estoy promoviendo el etnocacerismo, yo soy nacionalista. El etnocacerismo fue una propuesta militar de los años ‘80, básicamente contra Sendero Luminoso. Una propuesta que nació de la oficialidad joven en la cual me incluía, pero era un discurso militar más que político: trataba de quitarle la población a Sendero y aumentar la confianza hacia las Fuerzas Armadas. Era etno por el objetivo de recuperar las mayorías étnicas y cacerista por el patrón del arma de infantería que es (Andrés Avelino) Cáceres (héroe de la guerra contra Chile). Después del levantamiento militar contra Fujimori y Montesinos, el 29 de octubre de 2000, yo me reincorporo al Ejército y mi hermano (Antauro) trabaja el etnocacerismo como una doctrina política que se caracterizó por no entrar en la vida democrática, y yo no comulgo con ese aspecto. Si bien formé parte de un levantamiento militar, considero que eran otras condiciones y que ahora lo que tiene que hacerse es construir un partido político con una ideología nacionalista, en un contexto de neocolonización del país que como ciudadano y soldado viejo no puedo permitir. Hoy las grandes mayorías nacionales y los indígenas no encuentran una respuesta en el neoliberalismo y el control de la economía por las transnacionales.

–¿Es la primera vez en Perú que un partido plantea con tanta fuerza la cuestión étnica y el fracaso de la República?

–Sí, y nuestro planteo no es un capricho. Nos hemos conectado intensamente con el pueblo peruano que se da cuenta de que eso es así. Los únicos que no se dan cuenta son los políticos tradicionales que sucesivamente han traicionado los intereses del pueblo y quieren hacer política desde un set de televisión.

–¿Ustedes se inspiran en Velasco Alvarado?

–Nosotros nos inspiramos en Haya de la Torre, en el amauta Mariátegui, creo que Velasco cumplió ciertos roles importantes dentro del país y creo que la construcción de todo esto no sólo va a implicar a las personas sino proyectos. Y la devolución de la dignidad al pueblo es parte importante del proyecto de Velasco; se puede discutir las cifras económicas, pero hay un hecho cierto: el poder adquisitivo de 1974, durante su gobierno, nunca pudo volver a ser alcanzado.

–En el exterior se lo presenta a usted como fascista, y al proyecto que encarna como un “militarismo de derecha”. ¿Cuál es su respuesta frente a esto?

–Es parte de la desinformación que se está viviendo en Perú, con la mayor parte de los medios de comunicación que se dedican a destruirme y plantean que soy fascista, antisemita, violentista. Me dicen antisemita y nosotrosestamos trabajando con la comunidad judía y palestina; me dicen fascista y yo no estoy defendiendo al gran capital, que es una característica del fascismo, sino que defiendo al pequeño comerciante y empresario, el ahorro de la gente pobre peruana. En Perú la violencia no sólo viene de abajo sino de sectores conservadores que cuando se les toca su chacra, sus intereses, se sacan la careta democrática y son fascistas, insultan a todo el mundo y creen que así van a descalificar a un candidato.

–¿Ustedes participan de la línea del nuevo gobierno de Evo Morales de defender la coca como parte de la cultura andinoamericana?

–Por supuesto, la coca es parte de la cultura andinoamericana, es parte de nuestra identidad. Y en ese sentido, creo que la solución no es la erradicación compulsiva y violenta que se está haciendo contra los campesinos cultivadores de coca porque eso significa echar a la calle a 200.000 familias. Yo creo que la solución es encontrar una actividad alternativa rentable y también buscar mercados para la industrialización de la coca.

–Para algunos está emergiendo un nuevo nacionalismo en América latina, con Evo Morales, Kirchner, Chávez, Lula da Silva... ¿Coincide con esa visión?

Sí, yo creo que están surgiendo nuevos líderes, que hay nuevos rostros en Latinoamérica, y esto nos está llevando a ver que hoy no sólo se está dando un cambio en el mensaje, frente al discurso neoliberal, sino también en los mensajeros, con estos nuevos liderazgos.

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