“Estados Unidos está perdiendo a sus aliados en Europa”, dice a Página/12 el sociólogo Atilio Boron, secretario ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) al analizar el triunfo de la coalición de centroizquierda italiana con la candidatura del profesor Romano Prodi sobre el magnate de medios y referente del centroderecha, Silvio Berlusconi.

–¿Qué lectura hace del resultado de las elecciones italianas?

–Antes que nada y como primer punto, es una buena noticia la derrota de Berlusconi. De alguna manera, con el triunfo del centroiz-quierda italiano, Europa comienza a alinearse en sintonía con la onda latinoamericana. Algo que había comenzado con el triunfo de José Luis Zapatero en España y que se había puesto en duda con la derrota de la socialdemocracia en Alemania. El triunfo del centroizquierda italiano tiene una gran proyección en Europa y puede influir en las elecciones del año que viene en Francia.

–¿Es el fin de Berlusconi como referente del centroderecha italiano?

–Berlusconi hizo una gran elección. La victoria de Prodi fue estrecha y se definió con el voto de los italianos en el exterior. Esto demuestra la enorme eficacia de la penetración ideológica y cultural de una maquinaria propagandística como la que tiene en sus manos Berlusconi. Luego de un mal gobierno, con crecimiento cero, con un déficit fiscal que lo acerca a los viejos números de las economías latinoamericanas, lograr el voto de casi la mitad de la población no es poca cosa.

–¿Qué rasgos destaca del proceso electoral?

–La alta participación de la ciudadanía es alentadora. Es un freno a la despolitización alentada por el neoliberalismo. A Prodi le dieron su triunfo los jóvenes y los residentes en el exterior, eso también implica cambios en una sociedad. Habrá que ver ahora si Berlusconi termina preso, como sucedería en cualquier país normal de Europa.

–¿Cómo impacta la derrota de Berlusconi en los Estados Unidos?

–Estados Unidos está perdiendo sus aliados en Europa y también en América latina. El rol de Alejandro Toledo en Perú también es un síntoma en esa dirección. La caída de Berlusconi es un punto de inflexión, no determina un cambio sino que abre una dinámica de cambios. Además, los Estados Unidos no han tenido en la alemana Angela Merkel una aliada incondicional. En ello influyó mucho el conocimiento de que utilizando Alemania como escala, Norteamérica hacía vuelos clandestinos trasladando detenidos para ser torturados.

–¿Se puede decir que con la derrota de Berlusconi, y con las protestas sociales en Francia, el neoliberalismo está en jaque en Europa?

–El rechazo a la Constitución europea en Francia y en Holanda, el fracaso de la legislación del contrato de primer empleo de Dominique de Villepin en Francia son un señal de retroceso del neoliberalismo. Los resultados electorales en Italia marcan el agotamiento de ese modelo. Claro que no se ven cuáles serán las alternativas. Prodi es un economista neoclásico que no alienta a tener grandes esperanzas para ver en él una alternativa al neoliberalismo, la dinámica de los hechos lo llevará a tener mayor protagonismo.

–¿Cómo influye el triunfo de Prodi en la relación con Argentina?

–Habrá que ver cuál es la actitud de Prodi en relación a la Argentina. En principio sacarnos de encima a Berlusconi, que había dañado mucho las relaciones entre ambos países, es una buena noticia.