Israel confía en el moderno satélite de espionaje Eros 2 como respuesta al reto que supone el proyecto nuclear iraní. Tras muchos años de preparación y una inversión de decenas de millones de euros, ayer tenía previsto lanzar al espacio, desde Rusia, un satélite que lleva incorporada una cámara capaz de todo: ver, identificar y fotografiar objetos en la tierra de un tamaño de 70 centímetros. “Estamos hablando de una capacidad extraordinaria que permite a los servicios de información seguir y filmar pequeños detalles en lugares tan sensibles y protegidos como centrales donde Irán trabaja para obtener armamento nuclear”, explica un experto israelí. En el Ministerio de Defensa, en Tel Aviv, aseguran que “este satélite proporciona información de calidad en tiempo real. Hay que estar atentos y preparados ante el proyecto y las amenazas verbales del presidente iraní, que aspira a destruir Israel”. Eros 2 es una versión mejorada del Eros 1, satélite que ya está en órbita, y forma parte de la llamada guerra de las galaxias que mantienen ambos países. El pasado octubre, Irán lanzó al espacio con éxito y mucha discreción su satélite espía Sina-1, de fabricación rusa. Es sólo el inicio de la carrera iraní para hacer frente a la poderosa tecnología de Israel. De hecho, el Sina-1 es un satélite cuya cámara “sólo” puede captar objetos de más de 25 metros de tamaño, pero en Teherán trabajan sin pausa para perfeccionar todas sus prestaciones y lanzar “un satélite hermano” con visión más precisa.