La respuesta iraní no convenció a Estados Unidos, que ya está discutiendo con el resto de los miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas cómo reaccionar. Un vocero del Departamento de Estado, Gonzalo Gallegos, declaró ayer que analizarán la oferta iraní, que propone en primera instancia “serias negociaciones”. “No obstante, la respuesta se quedó corta en cuanto a las condiciones impuestas por el Consejo de Seguridad, que solicita la total y verificable suspensión de todas las actividades relacionadas con el enriquecimiento de uranio”, explicó el funcionario estadounidense. En París la reacción fue similar. El ministro francés de Relaciones Exteriores, Philippe Douste-Blazy, destacó la intención del gobierno iraní de volverse a sentar a la mesa de negociación, pero recordó que esta posibilidad está supeditada a la suspensión de su programa nuclear.

En Teherán, ayer volvieron a afirmar que no están dispuestos a aceptar la suspensión de las actividades nucleares como una condición previa para negociar. Previendo una respuesta negativa de las seis potencias que lideran el proceso de negociación –Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China, Rusia y Alemania–, el vocero del gobierno iraní, Gholamhosein Elham, advirtió que su país está dispuesto a afrontar cualquier situación. “Si no hay clima propicio a negociaciones justas, actuaremos en consecuencia”, adelantó el funcionario. Además, el régimen anunció que en los próximos días hará público un éxito de su programa nuclear. Con esta declaración el régimen islámico demuestra una vez más que no piensa renunciar a la investigación en el campo nuclear, como le demandó la resolución aprobada por el Consejo de Seguridad en junio pasado. En el texto, las potencias establecieron el 31 de agosto como el plazo máximo para suspender todas las actividades relacionadas con el enriquecimiento de uranio. De no hacerlo, el documento abre la puerta a sanciones económicas. Horas después de conocerse la respuesta iraní, el embajador estadounidense ante la ONU, John Bolton, había afirmado que Washington está dispuesto a votar en el Consejo de Seguridad la imposición efectiva de sanciones contra el régimen islámico. El Reino Unido y Alemania, en cambio, fueron más cautos y todavía no se han pronunciado, argumentando que necesitan unos días para analizar el extenso documento. Lo cierto es que en los próximos días se verá una agitada actividad en la sede de la ONU. Las seis potencias tendrán que discutir y consensuar una respuesta a la oferta iraní antes de que se venza el plazo impuesto por ellos mismos. Un elemento crucial en estas negociaciones será el informe de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), en el que se definirá si Teherán sigue enriqueciendo uranio o no.