Dom 28.01.2007

EL MUNDO • SUBNOTA  › CRECE LA PRESION PARA QUE WASHINGTON LIMITE EMISIONES

Críticas desde todo el mundo

› Por Rupert Cornwell *

La presión ha ido aumentando permanentemente sobre la administración Bush para que dé un giro importante en su política ambiental tanto en el país como en el exterior. Tony Blair sacó a relucir el tema durante su visita a Washington en diciembre, como lo hizo Angela Merkel, la canciller de Alemania que tiene la presidencia de la UE y del G-8 –cuya agenda de la cumbre, cuando se reúnan sus líderes el próximo invierno, tratará sobre el cambio climático–. El tema también va a dominar el Foro Anual Económico Mundial esta semana en Davos. En Estados Unidos, varios estados, especialmente California, han tomado el asunto en sus manos, criticando implícitamente a Washington por no actuar. Barbara Boxer, demócrata de California y nueva presidenta del Comité Ambiental del Senado, está preparando un proyecto de ley nacional siguiendo el ejemplo de su estado y espera reducir las emisiones de monóxido de carbono en un 80 por ciento para mediados de este siglo.

Pero la proliferación de iniciativas aquí complica los esfuerzos de Europa para convencer a Washington para que entre en un nuevo esfuerzo global para combatir el calentamiento global, aunque sus peligros finalmente los está registrando una administración hasta ahora escéptica y desdeñosa. “Básicamente, Estados Unidos tiene que poner en orden su propia casa”, dijo un diplomático de la UE involucrado en las negociaciones con la administración. Era muy importante también, añadió, no aumentar los temores de Estados Unidos sobre un “hijo de Kioto” –un pacto con objetivos fijos que reemplazaría al existente acuerdo de Kioto cuando éste expire en 2012.

La Casa Blanca insiste en que el presidente expuso una nueva estrategia para combatir el calentamiento global en su discurso anual al Congreso. Pero Tony Snow, el vocero de Bush, desestimó directamente que la administración estuviera lista ahora para aceptar topes obligatorios de emisiones de monóxido de carbono en fechas específicas. “No es algo que estemos hablando”, declaró. En cambio, el presidente fijó objetivos a mediano plazo, enfatizó la importancia de la innovación científica y pidió un mayor uso de las fuentes de energía alternativas, en especial los combustibles etanol e hidrógeno para reducir la “adicción al petróleo” del país.

Pero para muchos dentro y fuera de Estados Unidos, sin metas obligatorias el plan de Bush se limita a un listado de buenas intenciones. “Si están haciendo algo, entonces es un secreto muy bien guardado”, dijo el diplomático.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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