Sigue la guerra en las ciudades en Colombia. Ayer, al menos diez personas murieron en Valledupar, Cartagena, Medellín y otras localidades como consecuencia de ataques de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) o de operaciones contra ella. El ejército colombiano informó que cuatro guerrilleros fueron muertos en Valledupar, donde el flamante presidente Alvaro Uribe presentó el jueves un plan para reclutar a un millón de civiles como informantes del Ejército. Un supuesto miembro de las FARC murió y otro resultó herido al explotar una bomba que transportaban en un taxi en Cartagena, donde la policía está buscando otras bombas. Y en Medellín, la policía metropolitana señaló que dos detectives del servicio secreto colombiano, el DAS, fueron asesinados por guerrilleros urbanos. En Granada, el Ejército desactivó un coche bomba con 50 kilos de dinamita. El alcalde de Bogotá, Antanas Mockus, e integrantes de organizaciones no gubernamentales se congregaron ayer en el centro de Bogotá para clamar por el fin de los atentados y los secuestros. Desde la asunción de Uribe, ya hubo 115 muertos en Colombia.