EL MUNDO • SUBNOTA
› Por Yolanda Monge *
desde Washington
Hay quien lo califica como el vicepresidente que más poder ha tenido en la historia de la Casa Blanca. Puede que algo haya de cierto. No en vano es casi el último de una saga. Atrás quedan ya Karl Rove, el cerebro del presidente; el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld; Alberto Gonzales, que de abogado personal de Bush pasó a fiscal general y dejó este puesto la semana pasada; Andrew Card, ex jefe de gabinete; Colin Powell, ex secretario de Estado; Harriet Miers, abogada de la Casa Blanca después de Gonzales y designada y rechazada para la Corte Suprema. A Rove no le gustaba Cheney: pero es el vicepresidente el que continúa al mando de las riendas. Rove se lo dejó muy claro a Bush justo antes de sus primeras elecciones. Era una mala idea nombrar a Cheney como compañero de cartel. El libro Una muerte segura: la presidencia de George Bush así lo afirma. “Elegir al máximo gurú de papá en política exterior era un mensaje equivocado. Aunque lejos de ser una elección segura era una elección necesaria”, escribe el periodista Robert Draper en el libro que hoy sale a la venta en las librerías norteamericanas. Pero el presidente se sentía cómodo con Cheney y no vio problema alguno “en dar al vicepresidente un poder sin precedentes”.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux