Para Brasilia la liberación de Clara Rojas y de Consuelo González podría ser un primer paso hacia la tan ansiada paz colombiana. Las palabras vinieron directamente de la boca del asesor de política internacional de Luiz Inácio Lula da Silva, Marco Aurelio Garcia, el mismo que acompañó a Néstor Kirchner en la fallida operación de rescate en Villavicencio en la víspera de fin de año. Para Marco Aurelio, el éxito de la misión humanitaria demostró que la derecha brasileña estaba equivocada. La oposición lo había condenado en los días anteriores por haber participado de la comisión internacional que acompañó a Chávez en la fallida entrega. El hombre de confianza de Lula no había tenido un perfil tan alto como Kirchner ni había atacado tan directamente al presidente Alvaro Uribe cuando la entrega de los rehenes se frustró. No obstante, Marco Aurelio no dudó en apoyar una posible operación clandestina venezolana, cuando muchos decían que esta opción sobrevolaba el Palacio de Miraflores la semana pasada. La Cancillería brasileña también se sumó a los festejos del asesor presidencial y rescató la madurez del gobierno colombiano y venezolano para acordar y coordinar la operación de rescate.