EL PAíS › A ONCE MESES DEL CRIMEN DEL MAESTRO CARLOS FUENTEALBA EN NEUQUéN
El juez Rimaro votó a favor de incluir al gremio docente como querellante y el Poder Judicial le dio una licencia psiquiátrica.
› Por Elio Brat
desde Neuquén
El juez Héctor Guillermo Rimaro integra la Cámara de Apelaciones en lo Criminal de Neuquén. Es el único magistrado que, hasta el momento, ha votado a favor de que el gremio docente ATEN sea querellante en las causas por el crimen del maestro Carlos Alberto Fuentealba, ocurrido hace once meses (ver aparte). Si los docentes son aceptados como parte de la querella, reclamarán que el ex gobernador Jorge Sobisch sea llamado a indagatoria. Por eso, en el seno de un Poder Judicial acostumbrado a tomar decisiones unánimemente como se espera que lo haga, no parece haber caído bien el voto del juez. De hecho, a Rimaro llamativamente se le otorgó una licencia psiquiátrica. Según Eduardo José Badano, quien era presidente del Tribunal Superior de Justicia, el pedido de licencia lo presentó Rimaro. Pero el propio Rimaro lo niega en esta entrevista con Página/12. Denuncia “la inexistencia de las causales que se esgrimieron” para licenciarlo de facto durante nueve días y asegura estar “totalmente habilitado” en su “salud mental para desempeñar el cargo y seguir trabajando normalmente”.
–¿Por qué votó a favor de que el gremio ATEN sea querellante en la causa Fuentealba?
–Tuve en cuenta que había un conjunto de trabajadores de la educación que no se autoconvocaron en una reunión de amigos, sino que fue el gremio el que los convocó a manifestarse en la Ruta 22. En el ejercicio de ese derecho fueron perseguidos, llegándose al resultado lamentable de la pérdida de una vida humana. Me dio la sensación de que estaba habilitando al gremio a intervenir en representación de todos los docentes que, si bien no estaban individualizados, sí estaba claro que fueron víctimas de la persecución y represión policial. También percibí que, en una causa de esta gravedad, iba a ser saludable que interviniera ATEN como querellante, porque daría una mayor transparencia y credibilidad a las instituciones que pudiera controlar, aportar pruebas y todo lo que hace un querellante. Voté a favor de eso y no me arrepiento.
–¿Sabía a lo que se estaba exponiendo por ese voto?
–(Piensa, suspira.) Yo tenía conocimiento, porque los docentes lo habían hecho público, que en caso de ser querellante ATEN pretendía pedir la indagatoria de quien por entonces era gobernador (Jorge Omar Sobisch) y que esto tendría que ser aceptado o no por el juez de instrucción. Por supuesto que percibí que no iba a ser cómoda la situación futura, porque seguramente no sería del agrado del poder político una decisión de ese calibre. Pero eso lo dejo de lado, la función tiene que ser desarrollada con imparcialidad e independencia. Prefiero asumir estos riesgos que no ser juez.
–Apenas emitido su voto a favor de ATEN se produce un pedido de licencia psiquiátrica para usted, realizado por el propio Poder Judicial. El presidente del Tribunal Superior de Justicia, Eduardo Badano, afirmó que usted la pidió. ¿Fue así?
–Soy respetuoso de la autoridad del Poder Judicial. Pero eso debe ser atendido hasta cierto límite. En la dicotomía entre el respeto y la verdad, prefiero la verdad. Por eso quiero que quede absolutamente claro que niego de manera enfática y rotunda haber pedido una licencia por una cuestión médica. Yo venía de una licencia de cinco días, compensatoria de feria, por lo tanto no precisaba ninguna otra. Además, me consideraba entonces, como ahora, totalmente habilitado en mi salud mental para desempeñar el cargo y seguir trabajando normalmente.
–Los sectores que piden juicio político a Badano aseguran que a usted se lo ha querido correr para que haya una resolución unánime contra el pedido del gremio.
–(Silencio.) No lo puedo asegurar. Es una probabilidad seria, si se quiere. Lo que puedo decir es que en la semana del 5 al 9 de noviembre emito el segundo voto en esta causa denominada Fuentealba 2, obviamente en disidencia con la del primer votante (el juez Daniel Varessio) que había votado ratificando la denegatoria de ATEN como querellante. A partir de allí me tomé unos días de licencia como compensatorios que me debían y cuando llego me encuentro con esta licencia psiquiátrica realmente sorprendente. La base de esa determinación fue un pedido que efectivamente hice, pero de un día y para asistir a un curso de especialización en General Roca.
–Después de lo que pasó, ¿hoy cambiaría algo o ratifica todo lo que dijo en su resolución?
–El voto ha sido el fruto de una reflexión despojada de toda especulación política. Lo volvería a hacer sin ningún tipo de miramientos. Y vuelvo a insistir, no sé si todo lo que pasé pueda ser por ese voto. Quisiera creer que no. Espero que las investigaciones que se puedan hacer arrojen la verdad, en un sentido o en otro.
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