EL PAíS › BREVE HISTORIA DE LOS CONGRESOS PEJOTISTAS
Por lo bajo, los peronistas susurran su nostalgia: “Congresos eran los de antes”, reconocen cuando se los interroga por su historia partidaria. Es que, de manera unánime, todos aceptan que hoy en Parque Norte los hechos se sucederán sin estridencias ni derrames. Pero esa parsimonia no fue la regla en la larga vida del Partido Justicialista. Basta con recordar el último congreso nacional, aquel de la “alta peluquería” en la que confrontaron la por entonces senadora Cristina Fernández e Hilda “Chiche” Duhalde. “No es la primera vez que no me dejan hablar, pero quizá sea la última vez que nos encontremos”, amenazó la ahora Presidenta. “No podemos dejar una puerta abierta para que ningún compañero trasnochado crea que puede tener un proyecto serio por fuera del justicialismo”, respondió aquel día una Chiche previsora.
En los tiempos del General, la organización era distinta. Nadie cuestionaba su suprema autoridad y era él, desde España, Venezuela, República Dominicana o Argentina quien manejaba indiscutiblemente los hilos del movimiento y sus ramas –dependiendo el momento– masculina, femenina, sindical y juvenil. El PJ era sólo un sello político por el que no valía la pena dar batalla. En todo este período, quizá sean dos los congresos más relevantes: el del 14 de diciembre del ’72, cuando se resolvió la fórmula Cámpora-Solano Lima frente a los sectores que proclamaban el abstencionismo, y el del 18 de agosto de 1973, cuando se confirmó el binomio Perón-Perón para las futuras elecciones.
Luego, el General falleció, se avanzó en la espiral represiva y amplios sectores de la izquierda peronista se refugiaron en la clandestinidad. Isabel pasó al mando partidario y allí quedó hasta 1986. Fue recién tras la dictadura que explotaron las líneas internas por la conducción del PJ. El debate, en cinco calientes congresos posteriores a la derrota de 1983 ante la UCR, fue entre los ortodoxos y los renovadores. De un lado estaban Vicente Leonidas Saadi y las 62 Organizaciones lideradas por el metalúrgico Lorenzo Miguel, del otro Carlos Gro-sso, Antonio Cafiero y, Carlos Menem. La puja finalmente la ganaron los últimos, quienes luego de un breve gobierno de Saadi se quedaron con la presidencia del PJ hasta 1989. El máximo cargo lo ostentaba Cafiero y la primera vicepresidencia le correspondió a Menem.
Luego hubo internas, Menem venció a Cafiero y ganó las elecciones nacionales. Y, como presidente de la Nación, fue también presidente de su partido. Sin embargo, durante todos los ’90 no hubo mayor actividad partidaria. Su proyecto se fagocitó al pejota. Hubo que esperar al 24 de enero de 2003, cuando un nuevo congreso apoyó, “por única vez”, la presentación de los neolemas que permitieron las candidaturas conjuntas de Adolfo Rodríguez Saá, Menem y Kirchner.
Informe: Diego González.
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