EL PAíS › ECUADOR Y COLOMBIA REANUDAN DE A POCO SUS RELACIONES DESPUES DE LA CRISIS REGIONAL
“No se la queremos hacer fácil”, dicen cerca de Correa. La evaluación de la Cumbre del Grupo Río y la comparación con la OEA.
› Por María Laura Carpineta
“Hay que perdonar, pero no olvidar.” Visiblemente más tranquilo, el presidente ecuatoriano Rafael Correa les explicó a sus conciudadanos cómo terminó el conflicto con el gobierno colombiano. En un breve mensaje a la nación, el mandatario dejó de lado el enojo que no había podido reprimir en la Cumbre del Grupo Río e intentó mostrarse triunfalista. “Se ha hecho historia a nivel de la región, porque ahora se responde a principios, en base a convicciones. Se ha rescatado la fe en estas cumbres, en la región ha quedado demostrado que con posiciones honestas se pueden superar las crisis”, aseguró. Puertas adentro, el optimismo no era tan evidente. La primera plana del gobierno intentaba ayer imaginar con qué pie empezarán un acercamiento con el que todavía no se sienten del todo cómodos.
El mandatario ecuatoriano reconoció que quedó más satisfecho con el cara a cara y el debate en la Cumbre en Santo Domingo, que con la resolución de la Organización de Estados Americanos. “Miren la OEA cuánto tiempo se tomará para decidir finalmente una resolución, con el Grupo de Río tomamos en un día una resolución”, explicó, recordando que el organismo internacional todavía espera los resultados de la misión verificadora, que recién llegará a Quito hoy. “El problema para que la OEA avance rápido es Estados Unidos. Su gobierno quería bloquear todo intento de resolver el problema de Colombia-Ecuador”, denunció Correa, recuperando por un instante el tono combativo e iracundo que lució esta semana.
Correa llegó en la madrugada de ayer y lo primero que hizo fue reunirse con sus hombres más cercanos. “Nos dijo que la dignidad de nuestro pueblo había sido reivindicada gracias al apoyo de los países de la región”, le contó a este diario el vicepresidente ecuatoriano Lenín Moreno. “Se lo veía con una sensación de paz que nos reconfortó después de una semana de tanta zozobra”, agregó. En el encuentro, Correa les informó que la orden es empezar a reestablecer la relación con Colombia.
Cómo o cuándo lo harán es un misterio todavía, aun para varios funcionarios de primer nivel. Según confiaron a este diario fuentes gubernamentales, después de los abrazos presidenciales al final de la cumbre, un grupo de funcionarios ecuatorianos se reunió con pares colombianos para discutir cómo se avanzará en las próximas semanas. Los delegados de Correa sólo se comprometieron a reanudar las relaciones, nada más. “Tampoco se la queremos hacer fácil. La normalización de las relaciones no va a ser rápida. Por lo menos que les duela un poco todo lo que pasó”, dijo a este diario una fuente del Ministerio de Seguridad Interior y Exterior, sin disimular su enojo.
“Vamos a conversar, vamos a seguir avanzando, hay que ver que también Venezuela retiró a su embajador, también coordinaremos con Venezuela”, fue lo único que quiso adelantar ayer el mandatario. Por lo pronto, el mandatario ya convocó a una reunión del Gabinete de Seguridad para hoy, antes de partir mañana a Chile, a una visita que tenía pautada hace tiempo. En esa reunión el presidente Correa comenzaría a delinear la estrategia post-conflicto, adelantó la fuente del Ministerio de Seguridad.
Pero ayer su prioridad fue otra. Después del mensaje a la nación, el presidente Correa se dedicó de lleno a un tema que preocupa a los ecuatorianos tanto o más que la posible guerra con Colombia: las inundaciones. Más de 3,5 millones de personas se han visto afectadas y 16 ya murieron por las ininterrumpidas lluvias que azotan a la mitad del país desde finales de enero.
Al momento del ataque colombiano contra el campamento del número dos de las FARC, Raúl Reyes, la gran mayoría del ejército ecuatoriano había sido asignado a tareas de evacuación y de ayuda en las zonas más complicadas. Con la crisis bilateral, varios miles de soldados tuvieron que dejar todo y trasladarse a la frontera. “Una señal de que todo empieza a volver a la normalidad es que ahora la prioridad vuelven a ser las inundaciones”, indicó la fuente del Ministerio de Seguridad. Sin embargo, por ahora, los soldados se mantendrán en la frontera.
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