EL PAíS › EL EX INTENDENTE PORRETTI A HORAS DEL FALLO DE LA CAMARA
Este martes se sabrá si sigue libre. Sus abogados ya se preparan para esa eventualidad y él sigue cerradamente en su línea de defensa: que todo fue una conspiración de empresarios inescrupulosos que no querían perder sus privilegios.
› Por Alejandra Dandan
Roberto Porretti aún está sentado en el sillón de su despacho. El martes sabrá si va preso o sigue libre, cuando la Cámara de Apelaciones de Dolores se expida sobre el escándalo de las coimas en Pinamar. Dice que no tiene miedo. Al mediodía comió un asado con amigos de Santa Teresita y a las cinco estaba de vuelta, en la blanquísima casa que alquila en el barrio del Golf, uno de los más caros. Desde allí insiste en la teoría del complot como si le fuera imposible pensar otra cosa.”Todos los que son hoy mis adversarios en la Justicia se han enriquecido terriblemente en los últimos veinte años, con una situación que les era propicia. Cuando entendieron que podían perder, armaron esto”, dijo a Página/12.
–¿Tiene miedo de quedar preso?
–No. No tengo miedo, confío en la Justicia de Dolores.
–¿Se siente un chivo expiatorio?
–En la campaña pensamos que para ganarle a la gestión anterior teníamos que incorporar empresarios. Una gran parte de la comunidad me dijo que una vez en el poder, ellos iban a hacer lo imposible para mi destitución. Yo no lo quería creer, confié y realmente hoy veo que era cierto. Dos concejales de mi lista sabían de antemano lo que tenían los dueños de Ku y El Alma (el video), pauta de que fue armado minuciosamente.
–Los dos empresarios, en cambio, dijeron que vieron a los concejales dos veces, la última para pedirles un consejo. ¿Para usted fue un complot?
–Supongo que sí. Hay cosas que las va a determinar la Justicia. Acá se abrió una caja de Pandora: hay otras causas abiertas contra los mismos denunciantes y hacia otras personas.
Porretti habla de Rafael De Vito y Víctor Pardo, ambos concejales del PJ y centro de sus críticas. Estos empresarios crecieron con emprendimientos inmobiliarios, uno es dueño de uno de los corralones de materiales más importantes y el otro de estaciones de servicio. Ambos se hicieron con Blas Altieri en la Pinamar de Yabrán. En octubre lo enfrentaron aliados con Porretti, un profesor del Frente para la Victoria (FpV). Porretti consiguió vencer a Altieri después de 16 años de gobierno.
–En la negociación con el PJ, ¿hubo acuerdos que usted no cumplió?
–Primero hubo una exigencia para que Pardo sea primer concejal, y yo me opuse. No tenía plena confianza en él y quedó De Vito. Son dos personas de gran peso empresarial y yo tenía mis reservas pero teníamos que tomar una decisión y armar un grupo fuerte. En ese momento, me advirtieron que ellos iban a intentar que yo sea un títere, pero yo no lo quería creer.
–Cuando ganó ¿los dejó afuera?
–Yo empiezo a establecer límites y pautas. La gente quería un cambio. Poner orden en Pinamar.
–¿Ellos no?
–Lo que sé es que el tema de la nocturnidad en Pinamar es un problema más grave año tras año, y también el tema de la obra pública había que ordenarlo y sanearlo. Hay cosas que seguramente la Justicia va a investigar, y sería importante que revise no sólo mi trayectoria, mi vida, la de mi familia sino la de todos los actores porque traería claridad.
–¿A qué se refiere?
–Esos actores en los últimas años se han enriquecido terriblemente. Ahora, hay proyectos millonarios que son eje de problemas. El puerto deportivo, pero también la basura o los que se quedan con grandes tierras. Y sí: hay gente que se ha enriquecido con la obra pública, y con el gobierno anterior. Si bien reconozco que accedí a negociaciones y acuerdos para tener la unidad, me doy cuenta de que no tengo nada que ver con ellos. Soy el primer intendente que fue a los actos de José Luis Cabezas, y quería cambiar de fondo las cosas y eso fue un temor de ellos. El negocio de la noche es muy grande y no precisamente con el precio de las entradas.
–Usted fue consejero escolar de Altieri, luego concejal del PJ y ahora está en el kirchnerismo.
–Yo me acerqué al kirchnerismo de la mano de Luis Ilarregui, y luego continué trabajando también con Randazzo. Pero creo que en situaciones difíciles como ésta no creo que sea bueno nombrarlos.
–En situaciones difíciles uno espera llamados, ¿lo llamaron?
–Los intendentes de la región me llamaron casi todos.
–Daniel Scioli o Alberto Pérez.
–No ellos personalmente, pero están seguramente al tanto.
–En la agenda de su secretario de Gobierno Aldo Leonián aparece el nombre de Duhalde, hombre de Pinamar. Tenían contactos con Duhalde.
–Desconozco.
–Leonián está preso. ¿Usted dice que lo conoció hace tres años?
–Colaboró conmigo en la construcción de una biblioteca en Ostende y me pareció un empresario sensible. Luego se interiorizó de los acuerdos políticos y se trasformó en una persona de confianza.
–En Pinamar se dice que usted puso la imagen y él el dinero.
–No. Hubo varios operadores. El PJ siempre tuvo acá internas y terminaba atomizado, y no se podía ganar. Ahora unificamos todas las fuerzas, empresarios, trabajadores, fuerzas políticas.
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