EL PAíS › RETENCIONES MóVILES A EXPORTACIONES DE SOJA, GIRASOL, MAíZ Y TRIGO PARA DESALENTAR SUBAS DE PRECIOS DE ALIMENTOS
La medida recorta el beneficio que reciben los exportadores cuando se disparan los precios internacionales, como sucedió en los últimos años. Sube más fuerte la retención a la soja, para desalentar su producción y privilegiar la de maíz y trigo. También habrá medidas para carnes, harinas y leche.
› Por Raúl Dellatorre
Esta vez no hubo negociaciones con alguna de las partes para pisar los precios finales ni amenazas de prohibición de exportaciones, en el habitual estilo de Guillermo Moreno. El Gobierno, en cambio, se decidió ayer a echar mano a los manuales tradicionales de políticas de intervención y definió la aplicación de retenciones móviles a las exportaciones de granos, que busca eliminar el impacto sobre los precios internos de las continuas alzas en las cotizaciones internacionales. “Por ahora, se trata de un reordenamiento en la base de la cadena alimentaria, pero seguirá sobre los otros eslabones, en los cuales también habrá anuncios en los próximos días para seguir trabajando en la contención de la inflación”, informó una alta fuente del Ministerio de Economía, ayer por la tarde, minutos antes que el ministro Martín Lousteau hiciera público el nuevo esquema de retenciones móviles, que tendrá vigencia durante los próximos cuatro años. Las harinas, los aceites, la carne de pollo y de cerdo, y hasta la leche entran en el esquema de análisis del Gobierno y en el dibujo de un nuevo escenario de precios, en el que los incentivos y más retenciones serán parte de resoluciones prometidas para las próximas semanas.
Básicamente, lo que se resolvió ayer es modificar el nivel de retenciones a las exportaciones de soja, girasol, maíz y trigo para eliminar las diferencias de precios que dichos productos tuvieron desde diciembre a la fecha. Para retrotraer los precios netos para el exportador a los niveles de diciembre, Economía aumentó en 9,1 puntos el derecho de exportación hasta ahora vigente para la soja –pasó del 35 por ciento al 44,1 en promedio–, en 7,1 puntos el del girasol –lo llevó a 39,1 por ciento promedio– y redujo en 0,8 puntos el derecho correspondiente al maíz y 0,9 por ciento el de trigo –antes, en 25 y 28 por ciento de retenciones–.
El valor neto que los exportadores recibían a fines de 2007 deberá ser el mismo que recibirán por sus ventas externas a partir de ahora, cuando entre en vigencia la nueva resolución. Lo novedoso es que, a partir de ahora, un mecanismo de retenciones móviles buscará que el precio neto del exportador siga siendo aproximadamente el mismo, aunque la cotización internacional se mueva violentamente hacia arriba o hacia abajo.
En conferencia de prensa, el ministro Martín Lousteau defendió el nuevo esquema de derechos de exportación móviles, asegurando que es más eficiente para evitar el traslado del alza de los precios internacionales a los valores domésticos. Lo que queda por verse, en referencia a la mencionada eficiencia, es cuál será el comportamiento de los exportadores, y si transferirán en forma equitativa los beneficios y costos a la producción. Hasta ahora, la realidad está lejos de esos signos de transparencia. Y justamente uno de los ejes centrales de la protesta de ayer de la Federación Agraria en la zona cerealera y portuaria del Gran Rosario era denunciar que los exportadores se quedan con la parte del león en la súper renta agraria nacida en las alzas internacionales.
Otro aspecto destacado por Lousteau en la nueva instrumentación es que introduce incentivos diferenciales en favor de la producción de trigo y maíz, con niveles de retención inferiores a los de soja y girasol, como una señal en contra de la “sojización” del campo. Además, destacó, le otorga un horizonte de previsibilidad a la producción al disponer un nivel de precios netos estables durante los próximos cuatro años.
“Lo que hay que tener en cuenta son los niveles de rentabilidad, y a estos niveles de precios y con estas retenciones, el campo sigue siendo hiperrentable”, destacó el ministro de Economía durante la conferencia de prensa en Casa de Gobierno. “La inflación en el rubro Alimentos se duplicó en el mundo en el último año”, indicó Lousteau. Anticipó, además, que se trabajará en medidas que otorguen incentivos al mayor uso de fertilizantes en la siembra –para aumentar la producción– y otras formas de respaldo “para los eslabones que agregan valor al producto”, como podría ser alguna línea de crédito a tasas subsidiadas.
La medida ya empezó a disparar las primeras críticas, que en el Palacio de Hacienda ya descontaban antes de hacer los anuncios. Según Economía, “el problema está en las entidades tradicionales, que siempre están en la vereda de enfrente”. En cambio, de los representantes de productores medianos y chicos esperan obtener mayor comprensión. “Vamos a garantizar que en la próxima campaña el productor triguero reciba el precio pleno que le corresponde”, subrayó ayer Lousteau, como para ganarse la confianza de un sector que, hasta ahora, sólo recibió promesas de que iba a recibir compensaciones, que sólo en cuentagotas llegaron a sus bolsillos.
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