Oktoberfest en Palermo
Los que lo conocen dicen que es una rutina que nunca abandona. Lo cierto es que el jueves pasado, a las 8 de la mañana, el abogado Pedro Bianchi, recordado por su defensa del nazi Erich Priebke, desayunaba un gigantesco vaso de cerveza con una no menos generosa picada. Los parroquianos de Doney, en Libertador y Lafinur, no podían salir de su asombro, a esa hora donde el café ocupa el ranking de los pedidos. Entre los que quedaron boquiabiertos estaba el cómico Guillermo Francella, quien desde la mesa de enfrente y con los ojos abiertos largó un... “me está cachando”.

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Marketing de campaña
Se sabe: una misión del Fondo Monetario Internacional, encabezada por Anoop Singh, desembarcará en la Argentina para hablar con los candidatos a presidente. Y Adolfo Rodríguez Saá no quiere quedar mal parado ante el organismo pese a las ínfulas de aquella sesión de la Asamblea Legislativa en la que declaró el default. Por ello, aseguran en el mundillo justicialista, el puntano llamó al ex titular del Banco Central, Mario Blejer, y le pidió letra para hacer escuchar a la gente del FMI lo que la gente del Fondo quiere escuchar. Creer o reventar.

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Tensa calma
Adolfo Bagnasco podría perder la tranquilidad que había logrado tras sacarse el traje de juez. Su ahora ex colega Jorge Ballestero estaría a punto de citarlo a indagatoria. Para los olvidadizos: León Arslanian lo denunció por “prevaricato” tras haber dispuesto la detención de su defendido, el ex interventor del PAMI, Víctor Alderete. La pelea quedó enmarcada en la interna Menem-Duhalde. Siempre se especuló con que Bagnasco aspiraba a una banca de legislador en la lista “Duhalde presidente”. Pero el tiempo terminó cambiando las fichas de lugar: el duhaldismo mira con recelo al ex juez desde que uno de los hombres de su estudio, Mariano Cavagna Martínez, integró la defensa de Menem en la causa armas. Y, curiosamente, Arslanian, quien defendió a uno de los emblemas del menemismo, fue “condecorado” con un cargo de asesor en materia de seguridad por el Gobierno nacional.

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Esperamos la invitación
Los enemigos la llaman con desprecio “La Gorda”. Pero Elisa Carrió no sólo se ríe del apodo sino que además se jacta de él, sobre todo después de que Carlos Menem dijera, deliberadamente, que la candidata del ARI iba a “caer por su propio peso”. Como botón de muestra, no deja de contar que durante su travesía por las termas de Río Hondo, en Santiago del Estero, para apoyar la candidatura a gobernador de Mario Bonasina, paró en un mercado a comprar un chivito entero. El animal la acompañó en el avión y hoy descansa en el freezer de su casa esperando que una buena mano lo convierta en un exquisito plato.

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Bilingüe
Algo cansado de la endeblez discursiva de sus compañeros de ruta, Oraldo Britos prefiere ahora ser más selectivo a la hora de participar de las reuniones de campaña de Adolfo Rodríguez Saá. Y se lo blanqueó de una manera singular al candidato, cuando la última semana fue invitado a tener mayor presencia en esos encuentros estratégicos.
–Mirá, no quiero ir a las reuniones porque hay mucha gente bilingüe -arrancó el legislador.
–¿Bilingüe? –le preguntó el puntano.
–Sí, hablan mitad castellano y la otra mitad boludeces.

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Perenne
El viernes, al otro día de festejar sus 80 abriles, Antonio Cafiero realizó un cóctel para seguir disfrutando de sus afectos. Amigos y periodistas desfilaron sin cesar por el salón de Eduardo Madero y Córdoba.Allí estuvieron los legisladores María Laura Leguizamón, quien ingresó conversando interesadamente con León Arslanian; Lorenzo Pepe y Juan Carlos Maqueda, entre tantos otros. Pero el cumpleañero prefirió hacerle una dedicatoria especial a sus ex compañeros de la facultad y organizadores del evento, a quienes –también entrados en edad– bautizó, cariñosamente, “Los Inmortales”.

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Calentitas las roscas
Eduardo Duhalde se obstina en asegurar que no tiene candidato. Pero en verdad lo suyo es ganar tiempo hasta que la fecha de comicios esté más próxima y así poder inclinarse por el mejor posicionado. Mientras tanto, la rosca es la factura de moda. Y eso quedó demostrado en los contactos que el canciller Carlos Ruckauf, previo a su viaje a los Estados Unidos, mantuvo en persona con Adolfo y Alberto Rodríguez Saá. Alfredo Atanasof también mantuvo un tête-a-tête con El Adolfo. Aunque el jefe de Gabinete lo encontró circunstancialmente. Fue la semana pasada, en el Hotel Sheraton. El funcionario había invitado a salir a su mujer. Y el puntano lo saludó desde su mesa, no sin antes recordarle que será el próximo presidente de los argentinos. Modestamente...

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Rodríguez, el de la guía
Fue ministro de Trabajo de Carlos Menem. Y luego recaló en las filas de Gustavo Beliz. Su itinerario lo encuentra hoy cerca de Adolfo Rodríguez Saá. Es más: se autoproclama candidato a jefe de Gobierno porteño por el adolfismo. Por eso es que no para de buscar un lugar en los medios para contar su proyecto. Claro, de vez en cuando se toma un descanso para definir su estrategia. En eso andaba seguramente el último sábado, a las 9 de la mañana, mientras desayunaba junto a cuatro asesores en Tabac, un bar de la avenida Libertador al que suelen concurrir representantes del poder y del espectáculo.

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Ay qué dirán, dirán, dirán
Ocurrió el último jueves al mediodía en un juzgado contencioso administrativo de la calle Pellegrini 673. Allí se vio entrar al abogado Mauricio D’Alessandro, quien adquirió fama por su programa “La Corte”, pero que en el mundo político y sindical lo recuerdan por el amparo que presentó contra la venta de Aerolíneas Argentinas. De pronto, mientras pedía un expediente, los 9 empleados del juzgado se arremolinaron a su alrededor.
–Patético –gritó uno de ellos, reprochándole su programa televisivo.
Pero, lejos de ser el prólogo de las quejas, fue una excepción. El resto de los presentes le pidió que le anticipe los próximos casos que saldrán al aire. El “pseudo juez” dio un anticipo y hasta terminó repartiendo martillos similares a los que utiliza en la tele. Claro, la buena disposición terminó cuando uno le inquirió si los casos son reales o armados. Entonces, serio, salió del paso con una excusa tribunalicia: “El juez sólo habla por sus sentencias”. Andaaaaaaaaaaaaaaá.

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No hacen dieta, pero
se mueven
Cenaron con el presidente Eduardo Duhalde en el gremio de Sanidad. Y degustaron algún que otro bocado con el ministro de Salud, Ginés González García, en el Sindicato de Comercio. Reclamaban una vieja deuda oficialcon las obras sociales. Pero el raid clandestino de los “gordos” de la CGT de Rodolfo Daer no terminó allí. Dentro de la frondosa agenda hubo otros dos encuentros gastronómicos mantenidos en reserva: uno con el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, en la sede del gremio del Seguro, y otro en la Casa Rosada, con Alfredo Atanasof. El jefe de Gabinete y sindicalista municipal decidió tenderles la mesa para agasajar a un invitado de lujo: Guy Ryder, titular de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres. ¿De qué se habló mientras se comía? Menos pregunta Dios y perdona...

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Dos más y van...
Que pueden, que es ilegal, que no, que sí. Mientras las discusiones siguen, a partir de las recusaciones de los jueces de la Corte, van y vienen los dos candidatos a conjueces. Pero los que sonaron con mucha fuerza este último fin de semana son el de Galli, presidente de la Cámara en lo Contencioso Administrativo, y también el de Gabriel Cavallo, presidente de la Cámara Federal. La danza de los nombres, por supuesto, no para.

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Gracias Internet
Al ex presidente Carlos Menem lo llaman de muchas maneras, entre ellas las que un correo electrónico se preocupó en hacer conocer por estos días:
Chicle: todos lo tienen en la boca y ninguno lo traga.
Sudor de espalda: va para el culo.
Charango: mitad madera, mitad animal.
Almeja: se entierra con su propia lengua.
Mortadela: mitad grasa, mitad caballo.
Renault 12: es el más vendido.
Rayo láser: te hace dejar de fumar, de tomar, de comer.
Perro malo: está atado al fondo.
Televisor pirulo: a los seis meses no lo podés ver más.
Paloma de iglesia: cagó a los más fieles.
Billete de 1000: tiene la cara de Roca.
León: es el rey de los animales.
Lambada: no sabés si te está bailando o te está cogiendo.
Hueso de plástico: no lo quieren ni los perros.
Calzoncillo roto: dejó a los compañeros colgados.
Pollo al spiedo: está quemado hasta el culo y sigue dando vueltas.
Plastilina: sólo sirve para hacer boludeces.
Tampón: está en el mejor lugar, en el peor momento y sirve para todos los deportes.
Chupete: entretiene, pero no alimenta.
Gato manco: no sabe cómo tapar las cagadas.
Sifón: lo apretás un poco y suelta un chorro.