EL PAíS › EL DIPUTADO POR UNIóN-PRO FRANCISCO DE NARVáEZ MIRA A CARRIó
“Espero que para el 2009 haya un único frente electoral frente al oficialismo”, sueña el empresario pensando en un acuerdo con la titular de la Coalición Cívica, pero no sólo con ella. También renueva su deseo de asemejarse a Berlusconi.
› Por Werner Pertot
“Crisis es oportunidad”, dice el tatuaje que asoma por el cuello de la camisa de Francisco de Narváez. Y vaya que el diputado de Unión-PRO sabe reconocer la oportunidad que le dio la crisis del agro a la oposición. No sólo porque sacó del hangar su avión privado Cessna y recorrió los piquetes rurales, sino porque desliza la necesidad de llegar a un acuerdo con Elisa Carrió. “Espero que para el 2009 haya un único frente electoral frente al oficialismo”, sueña el empresario en diálogo con Página/12. “Llegó la hora de dejar atrás las diferencias y mezquindades”, dice.
La rocola de los viejos tiempos y el teléfono antiguo con la manivela a un costado contrastan con los tres plasmas y con el proyector de los actos de campaña de De Narváez en la entrada a sus oficinas en Las Cañitas. Al trasponer una puerta deslizante –al mejor estilo de las películas de James Bond–, se puede comprobar la misma combinación entre diseños cibernéticos de estructuras de vidrio y metal y mesas de algarrobo rústico. Al fondo, hay un jardín muy cuidado, con parrilla y pileta, justo al lado de donde tiene su escritorio el ex candidato a gobernador bonaerense de Unión-PRO. Por doquier hay carteles con frases como “nuestros valores: el trabajo en equipo”. Bienvenidos al mundo De Narváez.
–Hace no mucho, Kirchner lo comparó con Berlusconi...
—(Se ríe.) Es un visionario.
–¿Ahora que ganó Berlusconi?
–Me debería seguir comparando. Ahora más que nunca.
–Con Berlusconi ganó la derecha sin tapujos. En cambio, en la Argentina la derecha parece tener problemas para definirse como tal.
–No te voy a contestar eso de que la derecha y la izquierda es antiguo, porque ya aburre.
–Me parece bien.
–Me considero un tipo moderado. Y en esa moderación hay expresiones de un pensamiento más liberal o de derecha y otras más progresistas o de izquierda. Y yo soy un tipo de centro moderado.
–¿Qué hacía un “tipo moderado” en el encuentro ultraliberal en Rosario?
–Hago política. Mañana iría a un congreso comunista a decir lo mismo. Puedo ir a un congreso ultraliberal con mis ideas y no se me caen los anillos ni pierdo mi personalidad. No fui a decir lo que querían escuchar.
–Lo aplaudieron bastante, igual.
–Por ahí son bien educados...
–¿Y el peronismo dónde entra, en la izquierda o en la derecha?
–Depende... (risas). Pero sí creo que el peronismo es una fuerza históricamente conservadora. Si leés a Perón, tiene un pensamiento conservador.
–¿El gobierno es peronista?
–El kirchnerismo conduce al país con un microscopio y tendrían que usar un largavistas. Además, el presente se construye desde el futuro y no desde el pasado. Si nos ponemos a discutir lo que pasó en la Argentina en los últimos cincuenta años vamos a repetir la historia.
–¿Kirchner conduce el PJ porque no se animó a enfrentarlo?
–No es una cuestión de coraje, sino de prudencia. Y de no hacerle el juego: vimos que no estábamos preparados para dar esta batalla. Ahora le va a tocar a Kirchner conducir el peronismo y se va a tener que hacer cargo. Está por probarse que el kirchnerismo pueda llamarse peronismo, porque no tolera el disenso.
–¿Cómo le resultó el acuerdo Kirchner-Lavagna?
–Desde el punto de vista de los votantes, expresa que todo el sistema político los traicionó. Fue una manifestación de trasvestismo político y retrocedimos veinte casilleros todo. Perdió mucho el kirchnerismo, y Lavagna, ni hablar. Fue un error político inmenso.
–En 2007, la Coalición Cívica le arrebató el segundo lugar. ¿Le puede pasar lo mismo en 2009?
–Espero que para el 2009 haya un único frente electoral frente al oficialismo.
–O sea que piensa aliarse con la Coalición...
–Con todos los que pensemos que tenemos que darnos la oportunidad de coincidir con otras personas que podemos estar hoy en espacios políticos distintos. Frente a la adversidad de hoy, las diferencias que nos han separado no son significativas.
–Concretamente, ¿van hacia un acuerdo con Carrió?
–No solamente con Carrió. La sociedad va a ser muy exigente frente a lo que está pasando y las mezquindades individuales y la discusión de los nombres y las caras va a ser altamente castigadas.
–¿Lo dice porque Carrió vetó moralmente un acercamiento con Macri?
–Era otro país... Ahora yo quiero discutir políticas, no caras. Llegó la hora de dejar diferencias y hasta mezquindades que todos tenemos y construir una Argentina grande.
–¿Se imagina una fórmula “De Narváez-Stolbizer” en 2011?
–O un “Stolbizer-De Narváez”. Yo no voy a decir: “Todo el mundo tiene razón, pero yo soy el candidato”. Debería haber una confluencia de todas las fuerzas en 2011 y el banco de prueba es la provincia en 2009.
–¿Cómo vio el regreso de Duhalde a la política?
–No veo el regreso...
–¿Y que De la Sota se anote para presidente?
–Para mí, el libro de anotaciones no está abierto.
–Si Kirchner se presenta en la provincia, ¿cómo cambia el esquema?
–El kirchnerismo tiene claro que no puede perder la provincia en 2009. El nombre Kirchner funcionó en 2003, en 2005 y 2007. Pero no sé cómo lo tomaría la sociedad si se presenta. Igual, esto abona mi teoría de que toda la oposición tiene que estar unida en 2009.
–¿Las retenciones no son una herramienta económica válida?
–Las retenciones fueron válidas en el 2002, pero para la Argentina de los próximos diez años no lo son. Necesitamos un modelo que privilegie la inversión, porque en un contexto de retenciones la inversión va a ser reticente. El mensaje de las retenciones para siempre no me gusta.
–¿Esto les dijo a los productores cuando los visitó en los piquetes?
–Exactamente. Y lo que vi ahí no fue una rebelión fiscal. Era una manifestación de los habitantes del interior que le dicen basta a un sistema. Vi un pueblo enojado.
–¿Usted está de acuerdo con los cortes de ruta de los productores?
–No. Así como estoy en contra de que se corte en Gualeguaychú, estoy en contra de estos cortes de ruta.
–¿El desabastecimiento fue desproporcionado con el reclamo?
–El gobierno nacional actuó con una torpeza inmensa y sigue con la misma torpeza. Llevó a todo un sector a un conflicto completamente innecesario. La autoridad que le confirió la sociedad a Néstor Kirchner en la salida de la crisis no es la misma que le da a su sucesora, Cristina Fernández de Kirchner. La sociedad no tiene el mismo grado de tolerancia. Fijate lo que pasó en Italia: la sociedad se desencantó con un progresismo que no cumplió y volvió a mirar una opción que había rechazado antes.
–Acá lo que rechazaron en 2003 fue a Menem. ¿Es comparable?
–Rechazaron una política macroeconómica acertada para salir de la hiperinflación, pero negativa para el despegue y el crecimiento. Que es lo mismo que hace Kirchner con las retenciones. El Gobierno sigue contando el mismo chiste y la gente ya no se ríe más.
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