EL PAíS
Según el periodista, el coimero del Senado pudo ser un lobbista
› Por Adriana Meyer
El coimero que habría pedido dinero a banqueros a cambio de frenar una ley que se debatió en el Senado podría haber sido “un lobbista”. Así lo declaró ayer el corresponsal en Buenos Aires del diario británico Financial Times (FT), al ser interrogado como testigo por el juez federal Claudio Bonadío que investiga el caso. El periodista precisó que no lo identificó de ese modo en su artículo porque el dato era una versión y, además, se rehusó a identificar a sus fuentes. El fiscal Guillermo Marijuán evalúa ahora la posibilidad de pedir el listado de llamadas de los teléfonos del corresponsal. Además, Página/12 pudo saber que la SIDE responderá que no posee el video que habría registrado el pedido de coima, de cuya existencia aún no aparece ninguna prueba concreta. La Policía Federal también fue consultada al respecto pero pidió al juzgado una prórroga antes de responder. Hoy declara como testigo el banquero Emilio Cárdenas.
En la nota publicada el 30 de agosto en el FT, el periodista Thomas Catán había señalado que la Asociación Argentina de Bancos (ABA) fue contactada “por un individuo conocido por esa institución con una oferta para detener el trámite parlamentario” de la ley que propicia la creación de un fondo de desempleo para el gremio bancario, financiado con el restablecimiento del 2 por ciento sobre las comisiones financieras, “a cambio de una suma no especificada de dinero”. El periodista se abstuvo de revelar la identidad de las fuentes que le proporcionaron la información porque considera que “los informantes deben tener garantizada la libertad de denunciar sin temor a represalias”, tal como explicó al salir de la audiencia. Catán agregó que sus interrogadores respetaron su determinación. Sin embargo, el fiscal insistió en que al menos diera alguna precisión que les permita a los investigadores orientar sus esfuerzos. Catán dijo entonces que recogió una versión que señalaba a un supuesto “lobbista” que habría mantenido una primera reunión con banqueros de la ABA para “sondear su predisposición a pagar” a cambio de frenar la ley. Pero aclaró que no lo publicó porque no lo tenía suficientemente confirmado. Los investigadores sospechan que ese lobbista pudo ser un intermediario o emisario de los sobornadores.
En su declaración, Catán reiteró los detalles que había publicado en el FT sobre la reunión entre los banqueros extranjeros de la ABA, el embajador de Gran Bretaña Robin Christopher y el de los Estados Unidos James Walsh. Ese encuentro se produjo el 16 de agosto, un día después de la sesión en la que el Senado dio media sanción a la ley que ratificó la responsabilidad de las casas matrices sobre los depósitos de los ahorristas acorralados y la del 2 por ciento, y los hombres de finanzas no sólo denunciaron haber sido sobornados por legisladores para frenarla sino que también se lamentaron de todo el paquete de medidas que se debate en el Congreso. El periodista explicó que chequeó esa información con cuatro fuentes, diplomáticos y banqueros, porque así lo establecen las convenciones profesionales a nivel internacional cuando no se menciona la identidad de los informantes. Sus interlocutores destacaron esto como una muestra de la “seriedad” de la publicación que originó el nuevo escándalo. La existencia de esta reunión fue reconocida por Manuel Sacerdote, del BankBoston, aunque desconoció el asunto de las coimas. Y también en forma implícita por el embajador Christopher en su respuesta al Senado.
El juez y el fiscal interrogaron al periodista sobre su forma de trabajo y sobre las características de las ediciones del FT. Mientras explicaba que realiza algunas entrevistas en forma personal y otras telefónicamente, el testigo se sorprendió cuando le pidieron los números de sus líneas. Página/12 pudo saber que si el pedido del listado de llamadas se concreta los abogados del FT acudirán al juzgado para impedir que el juez ordene la medida porque entienden que es violatoria de la privacidad y afecta la labor profesional. El periodista dijo no tener ninguna información sobrela existencia del video que habría documentado el pedido de soborno. Y aunque no identificó el lugar en donde confirmó sus datos, indicó que “no lo filmaron”.