EL PAíS › LOS DISIDENTES DEL ARI FUERON SEPARADOS DE LA CONDUCCION EN LOS PRINCIPALES DISTRITOS
Elisa Carrió desplazó a sus opositores internos en Santa Fe, Buenos Aires Córdoba, Neuquén y Capital Federal. Ahora avanzará sobre Mendoza y estudia qué hacer en Tierra del Fuego para no complicar a la gobernadora Fabiana Ríos.
› Por Werner Pertot
Ciudad de Buenos Aires, intervenida. Córdoba, intervenida. Neuquén, intervenida. El mapa de las cicatrices del ARI después de la ruptura con el sector disidente se completa con la intervención de Santa Fe de esta semana. Y en la lista siguen otras dos provincias con conducciones rebeldes: Mendoza y Tierra del Fuego. La última, que alberga a la única gobernadora del ARI, Fabiana Ríos, no sería tocada. Distinta suerte les espera a los mendocinos. “Les pedimos que recapaciten o no nos va a quedar otra alternativa. Y si no, que se vayan con Eduardo Macaluse y Pino Solanas”, advirtieron desde el partido que fundó Elisa Carrió.
Con la caída de la conducción disidente de Santa Fe, los principales distritos quedaron en manos del ARI nacional, leal a la continuidad en la Coalición Cívica. “Partidariamente, hubo una implosión del ARI”, sentenció Alicia Gutiérrez, del rebelde ARI santafesino. Esa provincia se encaminaba a una elección interna que iba a enfrentar a los lilitos con los autónomos, cuando se desató una polémica por el rechazo de tres mil afiliaciones que presentaron los partidarios de Carrió. Según Gutiérrez, faltaban datos en las fichas (“la fecha de nacimiento o el domicilio, como si se hubieran copiado de un padrón”), no tenían la firma de ninguna autoridad partidaria e incluso aparecía un grupo de trabajadores correntinos como afiliados de un pueblo del norte de la provincia. “Son de no creer”, afirmó Gutiérrez.
Los lilitos acudieron a la Justicia Electoral, que les rechazó un amparo. Ese mismo día llegó la intervención. “¿Qué alternativa teníamos? Intervenir, barajar y dar de nuevo”, se justificaron desde la conducción del ARI nacional. Por su parte, la lilista Susana García denunció que existían irregularidades en la contabilidad. “No hay ninguna irregularidad con los balances. Nos intervienen por nuestra oposición a formar un frente con Bullrich, Prat Gay y Del Sel, que representan los intereses económicos de las transnacionales”, replicó Gutiérrez. “Muchos dirigentes se han ido por este verticalismo de Carrió. No hay democracia interna, ni espacio para la disidencia”, afirmó la dirigente santafesina.
Un horizonte similar al de Santa Fe se ven venir en Mendoza, donde la conducción está enfrentada a Carrió desde la última elección, cuando la líder de la CC apoyó a los conservadores Luis Leiva y Gustavo Gutiérrez e intentó impedir que el ARI y el PS local la tuvieran en la boleta. Finalmente, pudieron llevarla como candidata a presidenta, por una resolución de la Justicia. Pero ya nada fue igual. Los mendocinos se contaron entre los primeros en sumarse al ARI Autónomo y romper con la CC. “No podemos tener dirigentes como Del Sel, que fue gerente del Banco República, de Raúl Moneta, y que tuvo a su cargo la privatización del Banco Mendoza”, planteó el presidente del ARI Mendoza, Néstor Piedrafita. “La mayoría de las provincias están intervenidas. Se ha perdido toda institucionalidad”, consideró.
En el ARI nacional ven dos posibilidades: intervenir Mendoza o bien apoyarse en el partido Coalición Cívica, de Leiva. Con Tierra del Fuego hay más dificultades. “Ahí tenemos que ver qué hacemos. No le vamos a complicar la vida a Fabiana. Lo charlaremos con ella, porque por dos o tres disidentes no le podemos entorpecer el gobierno”, advierten.
La proliferación de intervenciones, sin embargo, va dejando cicatrices: sólo Buenos Aires se normalizó luego la expulsión de su presidente, Carlos Raimundi; Neuquén y Córdoba siguen intervenidas tras una batalla con las conducciones locales; la Capital está intervenida desde antes de las elecciones porteñas, cuando los dirigentes Fernando Cantero, Alejandro Rabinovich y Pablo Failde enfrentaron a Carrió, sin éxito. Hoy Failde milita en el kirchnerismo; Rabinovich, en el telermanismo, y Cantero, en el limbo. Los que todavía mantienen su disidencia dentro del ARI no tienen un futuro muy promisorio: “Son parásitos: la usaron a Lilita para reelegirse y después se acordaron de que tenían diferencias. Seguimos esperando que se vayan”, sentenciaron desde la conducción nacional.
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