EL PAíS › SCHIARETTI, REUTEMANN Y BUSTI SE DISTANCIAN
› Por Martín Piqué
El regreso de los productores a las rutas, la amenaza de realizar un tractorazo en las ciudades del interior y el acto convocado para hoy en la ciudad chaqueña Roque Sáenz Peña volvieron a instalar la protesta en el terreno de los gobernadores. Un conflicto en sus propias narices no es algo que entusiasme demasiado a los que mandan en las provincias, sobre todo en las provincias que viven el boom sojero. Allí no están de acuerdo con la estrategia de confrontación y desgaste impulsada por Néstor Kirchner. Los desacuerdos son profundos y empiezan a producir fisuras en el mapa nacional del PJ. El desafío más grande al liderazgo de Kirchner volvió a partir de Córdoba, la patria chica de José Manuel De la Sota: ayer se difundió un documento firmado por unos cincuenta legisladores peronistas de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos en el que se expresaba un apoyo contundente a las cámaras patronales del campo. Los ideólogos del documento fueron el gobernador cordobés, Juan Schiaretti, y el titular de la Cámara de Diputados de Entre Ríos, el ex gobernador Jorge Busti.
La postura de Schiaretti y Busti tendría el apoyo del gobernador de Santa Fe, Hermes Binner; también del ex mandatario de esa provincia Carlos Reutemann. El senador y ex piloto de fórmula uno ya habría anticipado su decisión de reunirse con Schiaretti este fin de semana. La posición de Schiaretti y Busti asimismo habría encontrado eco en el ex gobernador bonaerense, hoy diputado, Felipe Solá. Asumido como portavoz de esta corriente de opinión, el entrerriano Busti no dudó en defender el reclamo de que se levanten las retenciones móviles. “Nosotros creemos que las protestas son legítimas. En cada una de nuestras propuestas damos la cara frente a los productores, vamos por las rutas y estamos con ellos. Creemos que las retenciones tienen que existir, ya que sirven, pero tienen que tener un nivel que no les haga perder la rentabilidad al productor agrario y que le permitan hacer negocios a futuro”, dijo Busti.
Como era de esperar, en la Casa Rosada las declaraciones de Schiaretti y Busti cayeron mal. Aunque no hubo respuestas de funcionarios de primera línea, el kirchnerismo se encargó de acusar recibo. Uno de los dirigentes jóvenes vinculados a La Cámpora, Federico Martelli, quien tiene muy buena llegada con el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, cargó contra Busti y Schiaretti. “La ambición de los propietarios del campo no tiene límites y la deflexión de algunos dirigentes tampoco. A la Argentina no le sirven tipos como Busti o Schiaretti, que anteayer eran menemistas, ayer kirchneristas y hoy se van con los sojeros”, dijo Martelli con venia oficial. Al margen de las críticas quedaron el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, y el chaqueño José Capitanich.
Aunque llegó a su cargo asumido como el heredero y el delfín de Busti, Urribarri se manejó hasta ahora con bastante cautela. Su provincia es el foco más fuerte de las protestas, con Gualeguaychú como emblema, pero Urribarri se movió con prudencia. “Como el gobierno nacional es de mi signo político, eso me obliga a ser responsable y a no emitir declaraciones disonantes”, dijo. Una postura similar viene asumiendo Capitanich en el Chaco. Hoy recibirá en Roque Sáenz Peña a los productores que movilizarán las cuatro entidades.
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