EL PAíS
Vicens negó que ABA haya recibido pedido de coimas de los senadores
El presidente de la Asociación de Bancos declaró en el Senado. Explicó que ni a él ni a su representada le propusieron coimas. Pero dejó alguna duda pendiente. Cruce entre Kirchner y Seguí.
› Por Felipe Yapur
Ante los senadores que integran la Comisión de Asuntos Constitucionales, el presidente de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA), Mario Vicens, declaró que ni a él ni a la institución que representa nadie le solicitó el pago de sobornos a cambio de frenar una ley, pero dejó abierta la posibilidad de que haya sucedido con alguno de los banqueros. De todas formas, el ex funcionario de la Alianza consiguió que por ahora los senadores no citen a los presidentes de esos bancos al comprometerse a convocar a una reunión plenaria de los miembros de esa entidad donde les consultará si alguno fue sondeado para ver si estaba dispuesto a pagar una coima.
Vicens hizo gala de su cintura política ante una quincena de inquisidores senadores. Evitó todo tipo de conjeturas y especulaciones y se limitó a contestar con respuestas cortas las extensas consultas de los legisladores. También es cierto que la buena performance del representante de los bancos privados extranjeros se basó en la baja calidad de las preguntas –muchas de las cuales rayó con la torpeza– de buena parte de los senadores presentes.
El ex funcionario de la administración de Fernando de la Rúa superó el primer escollo a poco de comenzar la reunión cuando respondió a los cuestionamientos de la tucumana Malvina Seguí, principal protagonista del supuesto affaire. La legisladora, visiblemente nerviosa y por momentos notoriamente preocupada en el funcionamiento de las cámaras de televisión, quiso saber si Vicens la conocía personalmente. Este le contestó con un seco “sólo por los diarios”. De pie y con un aparente estudiado histrionismo, la tucumana le preguntó si sabía si alguno de los banqueros la conocía a ella o a sus colaboradores. Con similar actitud, Vicens dijo que “no me consta”. Seguí pasó entonces a elaborar su tesis de ser “rehén político de este malentendido” y “la principal sospechosa de la Argentina”. Luego se quejó con amargura porque ABA no se expidió con claridad sobre su situación. Vicens superó el momento con contundencia al sostener que “he rechazado las acusaciones en cuanto a ABA como institución. Yo no recuerdo que usted, senadora, haya sido mencionada en relación de ABA”. Sin más y mientras relojeaba a las cámaras de televisión, la senadora tucumana se retiró.
Poco después y ante una oportuna pregunta de la presidente de la comisión, Cristina Kirchner, el representante de los bancos reconoció que en julio pasado, cuando asumió la titularidad de entidad, se reunió con miembros del gabinete nacional a quienes les “mencionó” los “cuatro proyectos de ley que preocupaban a ABA”, entre los que se encontraba la que se conoce como Ley de Emergencia y Empleo Bancario y que disparó la polémica. Kirchner destacó, entonces, la contradicción entre los dichos de Vicens y del vicejefe de Gabinete, Eduardo Amadeo, quien la semana pasada había afirmado no haber recibido ninguna queja de las entidades bancarias. La comisión decidió volver a citar a Amadeo para la semana próxima.
Kirchner también detectó en los dichos de Vicens la diferencia que éste hacía entre su negativa con respecto al pedido de coimas a ABA y la posibilidad de que se hubiera realizado a uno de los banqueros que participa de la entidad. Claro que ninguno de los legisladores se percató de que Vicens logró sortear la posibilidad de que estos banqueros sean citados a declarar al comprometerse a consultarles personalmente a cada uno de los presidentes de los bancos.
Tras la declaración de Vicens faltaba definir el pedido de recusación que Seguí había hecho contra Kirchner acusándola de haberla involucrado en declaraciones periodísticas con el supuesto soborno. Seguí intentó someter a Kirchner a un interrogatorio de tono casi personal. La santacruceña la cortó en seco al sostener primero que ella no la había mencionado enningún momento al ser consultada por los periodistas y, a renglón seguido, le pidió que “no se utilice el ámbito del Senado para ventilar cuestiones personales” como si se tratara de “una charla de café”. A Seguí no le quedó más remedio que aceptar la explicación de su par y se retiró visiblemente molesta.