El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva invitó a Néstor Kirchner a visitar Brasil en su condición de titular del Partido Justicialista. Lula transmitió la invitación a la presidenta Cristina Fernández durante la entrevista que mantuvieron en Roma con motivo de la cumbre de la FAO (organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación). La agenda que esperará a Kirchner en Brasil tendrá sobre todo un sesgo partidario. El santacruceño fue invitado a un encuentro del Partido de los Trabajadores (PT) previsto para julio. La oferta de Lula incluye también el alojamiento de Kirchner en la residencia presidencial de la Alvorada, a 10 kilómetros del palacio de Planalto. En el diálogo a solas que mantuvo con Cristina, el presidente de Brasil aseguró que tenía mucho interés en conversar con Kirchner sobre la situación general en América latina.

Aunque todavía no se conocen las fechas del probable viaje de Kirchner, Brasil ya está realizando varios gestos para ir preparando el clima. La primera señal será la visita, en quince días, de varios hombres del PT. La llegada de los brasileños coincidirá con la cumbre de jefes de Estado del Mercosur, que se celebrará el 30 de junio y 1o de julio en Tucumán. En los días previos se realizarán dos cumbres sociales alternativas, la Cumbre de los Pueblos y la Cumbre de Organizaciones Populares, previstas para el 28 y el 29 de junio en Tucumán y en Misiones. En la lista de visitantes que llegarán desde Brasil se descarta que estará Valdo Pomar, secretario de Relaciones Internacionales del PT, y toda la plana mayor de Itamaraty, la influyente cancillería brasileña.

La semana pasada, sin que trascendiera demasiado a la prensa, cuadros del PT y representantes del centroizquierda K analizaron la situación latinoamericana en el marco de unas jornadas auspiciadas por la Fundación Ebert. Allí intercambiaron opiniones sobre el Mercosur: hubo gente del PT, del Partido Socialista uruguayo, de la Concertación chilena, la coalición que apoya a Fernando Lugo en Paraguay y miembros del Movimiento al Socialismo boliviano.

La invitación a que Kirchner viaje a Brasil como titular del PJ significa, en criollo, que Lula reconoce al partido fundado por Perón como el eje de la heterogénea coalición que gobierna en la Argentina. Pero la oferta al santacruceño también encierra otros mensajes. Hace una semana, el nombre de Kirchner había circulado en ambientes diplomáticos como un probable candidato a ocupar la secretaría general de la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur). Con esa sigla se denomina al proyecto de avanzar hacia un bloque regional de toda Sudamérica. Se trata de una iniciativa primordialmente brasileña.

Esa posibilidad no encontró demasiado eco en Brasil, donde recordaron que el ex presidente nunca fue un entusiasta de los foros internacionales. Incluso la prensa brasileña llegó a publicar que la postulación de Kirchner no había entusiasmado a Lula. Con estos antecedentes, la invitación a viajar a Brasil del PJ sería una suerte de compensación. Además, la cumbre Lula-Kirchner permitirá que ambos discutan en privado varios temas de la agenda latinoamericana que son seguidos con cierta inquietud tanto en Brasilia como en Buenos Aires. El primero, ineludible, es la situación interna de Bolivia y la amenaza de secesión que encabeza la burguesía de Santa Cruz de la Sierra. El segundo es la actualidad política de Paraguay, donde acaba de triunfar el ex obispo Lugo.

En relación con Paraguay, una de las preocupaciones de los brasileños es la endeblez parlamentaria de la coalición que llevó a Lugo a la presidencia. La otra inquietud, mucho más urticante para los poderosos industriales de San Pablo, es la intención de Lugo de renegociar los contratos de provisión energética con el país más industrializado del Mercosur.