EL PAíS › EN SU LLEGADA A TUCUMáN, HUGO CHáVEZ COMPARó LA PROTESTA AGROPECUARIA CON EL INTENTO DE GOLPE CONTRA SU GOBIERNO
Antes de la apertura de la cumbre del Mercosur, el presidente venezolano dijo que “los cacerolazos y las expresiones contra el gobierno” argentino fueron impulsados por “una oligarquía que no quería el cambio”, como ocurrió en su país. Mantuvo una reunión bilateral con la Presidenta.
› Por Fernando Cibeira
Desde Tucumán
“Veía los cacerolazos y las expresiones contra el Gobierno, era igual a lo ocurrido en 2001 en Venezuela, una oligarquía que no quería el cambio y atentó contra el gobierno”, sostuvo ayer Hugo Chávez al pisar Tucumán para participar de la cumbre de presidentes del Mercosur, equiparando la protesta agropecuaria en Argentina con la intentona golpista en su país. Con Chávez fue justamente la única reunión bilateral que mantuvo ayer la presidenta Cristina Kirchner, luego de que el venezolano le diera el mayor respaldo desde el exterior que haya recibido el Gobierno desde que arrancó el conflicto. “Apoyamos fervientemente con toda la pasión argentinista y peronista, con toda el alma, con todos los nervios de este cuerpo, a la presidenta Cristina Fernández y al pueblo argentino que llegó en buena hora para apoyar las banderas de la unidad, la libertad y el desarrollo pleno”, graficó Chávez cuando salía rumbo a la foto oficial y a la cena con que anoche arrancó la cumbre de presidentes que sesionará hoy.
A diferencia de la mayoría de los jefes de Estado que apenas pisan un país recitan un rosario de lugares comunes que incluye un agradecimiento a la “gran hospitalidad” del pueblo local al que todavía no alcanzaron ni a ver, Chávez está hecho para salirse del molde. Venía con un speech aprendido sobre Tucumán: sabía que era la cuna de la Independencia, de Mercedes Sosa, el Jardín de la República y que el principal cultivo es la caña de azúcar, de la que aseguró haber visto en el trayecto al hotel algunas de hasta tres metros de alto. “¿Cuánta azúcar producen esas cañas?”, preguntaba.
Pero bastó que se lo consultara sobre el conflicto agropecuario para que los papeles volaran por los aires. Aclaró que no consideraba que se tratara de “un asunto interno” y que no quería inmiscuirse, pero enseguida advirtió que veía en la protesta agropecuaria elementos parecidos al del intento de golpe que él sufrió años atrás. “El fascismo, por ejemplo” –explicó luego a PáginaI12– era uno de esos elementos en común.
El venezolano se preocupó en dejar clara su posición. “Nosotros queremos que la patria argentina siga por este rumbo”, afirmó. “Hay que recordar cómo estaba la Argentina hace diez años, yo vine aquí. Hace diez años Argentina estaba en el suelo, quebrada en mil pedazos. ¡Resucitó! Sigan alentando a la nueva Argentina”, añadió. Por otro lado, felicitó a la Presidenta por la “gran concentración” de apoyo que había reunido en la Plaza de Mayo.
Fue menos expansivo a propósito de los temas que había conversado con CFK en el encuentro a solas que habían mantenido en el 7º piso del Hotel Catalinas Park, donde quedaron alojados los jefes de Estado y hoy sesionará la Cumbre. “Fue una reunión extraordinaria, Cristina es una hermana flamígera”, tiró. Esquivó definir si se había tocado el delicado asunto de la nacionalización de Sidor, la empresa controlada por el Grupo Techint. “Para nosotros ése es un tema del pasado”, resumió mientras preguntaba a los jóvenes empleados del hotel su edad y qué estudiaban. “Ustedes son el futuro de la Patria Grande”, los alentó.
Chávez comentó que Cristina Kirchner se había mostrado enfática en la necesidad de que los parlamentos de Brasil y Paraguay aprueben el ingreso de Venezuela como miembro pleno al Mercosur, un trámite que se demora hace dos años. Uno de los puntos más evidentes en los que el bloque no termina de avanzar como lo proclaman sus presidentes. Chávez dijo que obviamente apoyaba el énfasis con que la Presidenta se había referido a la cuestión, pero no quiso echar más leña. “Venezuela ya se siente miembro del Mercosur, y estamos aquí, en el corazón del Mercosur”, sostuvo antes de salir por las puertas vidriadas del hotel rumbo a la foto nocturna en la Casa de Tucumán, la postal elegida como recuerdo del evento.
Hoy habrá más Chávez, y seguramente más Chávez y “el campo”. Es que hablará en el estadio Central Córdoba en el acto de cierre de la Cumbre de los Pueblos, organizada principalmente por movimientos sociales K. Prometió, imposible saber si en serio o en broma, que también estará en el partido de fútbol que Evo Morales jugará con algunas viejas glorias en la vecina localidad de Famaillá. Mañana, en tanto, viajará a Buenos Aires para participar en la Cancillería de un encuentro con empresarios con intereses en su país. Incluso se comentaba que permanecería allí hasta el jueves.
Pero antes estará la sesión plenaria del Mercosur y luego habrá tiempo para un breve encuentro de la Unión Suramericana, Unasur. Como primera actividad, Cristina Kirchner tiene agendada una reunión bilateral con Luiz Inácio Lula da Silva y, más tarde, otra con Evo Morales. En ambas, las cuestiones energéticas estarán sobre el tapete. Probablemente haya un tercer encuentro con Michelle Bachelet.
Hubo dos ausencias comentadas. Rafael Correa, el presidente de Ecuador, que participaría como país asociado, finalmente no viajó. Pero la que generó más reacciones fue la de Néstor Kirchner, luego de que se hubiera anunciado su debut como “primer caballero”. Sobre el faltazo del ex presidente se tejieron dos versiones. En una, había preferido quedarse para no perderle pisada al derrotero del proyecto por las retenciones en el Congreso. En la segunda, se decía que no había querido restarle protagonismo a su esposa en una cumbre en la que tendrá rol protagónico como anfitriona y presidenta pro témpore, entregándole la posta a Lula. Como sea, el debut de Kirchner en el extraño rol de compañero en un evento con sus ex colegas quedará para otra ocasión.
“Brindemos por esta nueva independencia del siglo XXI que es nuestra unidad regional”, propuso anoche la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la cena que ofreció a los presidentes visitantes en la Casa de Gobierno provincial. El dato destacado de la cena fue el minirrecital que ofreció a la mesa de presidentes la cantante tucumana Mercedes Sosa, que incluyó “Sufrida tierra mía” y terminó, como no podía ser de otra manera, con “Al Jardín de la República”. La artista luego recibió el abrazo emocionado de todos los presidentes. Cristina Kirchner explicó que la elección de Tucumán como sede la cumbre había sido una decisión suya y que tenía como explicación que había sido la sede de la independencia argentina. Le agradeció a “José y a Betty”, por el gobernador Alperovich y su mujer, la diputada Beatriz Rojkés, por ser “excelentes anfitriones”.
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