Ya pasaron más de 120 días de conflicto entre las entidades ruralistas y el Gobierno y los representantes del “campo” todavía no expusieron ningún power point (diapositivas, en su versión prehistórica) con los números de su rentabilidad y de las supuestas pérdidas que les ocasionaría la suba de los derechos de exportación. El senador Carlos Reutemann admitió la semana pasada en un reportaje televisivo que los productores de soja reciben en la actualidad –con el grano recién cosechado– una cantidad de dinero algo superior a la que preveían cuando sembraron, en octubre pasado. Pero indicó que el aumento de las retenciones los privó de ganar mucho más. Esa afirmación es contrastable con datos que surgen no del Gobierno, sino de la Bolsa de Cereales. Allí se ve que, efectivamente, el precio actual que recibe el productor es mejor que el de octubre, pese a los aumentos de retenciones. Y algo más: los valores de estos días son los mejores desde 2002.

El precio que figuraba en las pizarras de la Bolsa de Cereales de Rosario el último viernes (11 de julio) para la soja era de 910,0 pesos la tonelada. Ese valor ya tiene incorporados los descuentos por retenciones y los gastos de exportación. Es el neto que recibe el productor al vender sus granos. El precio promedio de octubre del año pasado (para no tomar un solo día y que la comparación pueda ser objetada) fue de 804,43 pesos la tonelada. La mejora del nivel actual respecto de aquel mes es el 13,1 por ciento. Si la comparación se efectúa con los precios promedio de junio último, de 875,84 pesos la tonelada, el aumento es del 8,9 por ciento.

En octubre de 2007, cuando el productor tomó la decisión de invertir en la siembra de soja, estaba más que conforme con la posibilidad de ganar 804 pesos la tonelada. En este momento, a pesar de los incrementos de las retenciones, puede embolsar 910 pesos. Eso en el caso de que sea un productor de más de 1500 toneladas, que no tiene derecho a reclamar las compensaciones que concedió el Gobierno y las que aprobó la Cámara de Diputados para los pequeños productores. La Bolsa de Cereales no efectúa el cálculo sobre el precio al que acceden los chacareros que sí cobran los reintegros, pero analistas del mercado estimaron que ronda los 1100 pesos la tonelada. En comparación con los 804 previstos en octubre, el alza ronda el 36 por ciento.

Las cifras están referidas a ingresos y no toman en cuenta el alza de los costos. Sin embargo, este diario reveló el lunes pasado que según la revista Márgenes Agropecuarios, que es una fuente de consulta básica de los productores rurales, sin ninguna participación del Gobierno, la rentabilidad actual también es mayor a la estimada en octubre pasado, a pesar del incremento de retenciones. La explicación se encuentra en la impresionante suba del precio internacional de la soja. En octubre del año pasado cotizó a 356 dólares la tonelada (los productores sembraron teniendo en cuenta ese valor). Ya en noviembre trepó a 404 dólares. En diciembre estaba en 438, para pasar en enero a 472 dólares, en febrero a 515 dólares y en marzo, cuando se impusieron las retenciones móviles, a 514 dólares. En junio promedió los 531 dólares y el último viernes cerró en 570 dólares. Este último valor es un 60,1 por ciento mayor a los 356 dólares de octubre de 2007.

En el medio, el Gobierno subió los derechos de exportación de 27,5 a 35 por ciento en noviembre y estableció el sistema de movilidad el 11 de marzo. Pero, como bien dijo Reutemann, esas subas no redujeron las ganancias que esperaban los productores al momento de sembrar, sino que aun hoy son superiores.

La Secretaría de Agricultura elaboró un estudio que extiende la mirada más allá de la última cosecha. Comparó el precio promedio disponible para el productor de soja de 2002 a la fecha. Lo hizo a valores constantes, descontando el efecto de la inflación y de la variación cambiaria, de modo de evitar falsas conclusiones, ya que el poder adquisitivo del dólar era muy superior años atrás en relación con el presente. Incluso tomando esa precaución, el análisis demuestra que el precio promedio de 2008 es el mejor desde la devaluación, contando las retenciones móviles. Se ubica en 1021 pesos la tonelada (sin tomar las compensaciones para los pequeños productores). El salto respecto del promedio de 2007 es impactante: en aquel año estuvo en 646,7 pesos la tonelada (57,9 por ciento de suba), en 2006 se ubicó en un promedio de 655,6 pesos, en 2005 en 660,7 pesos, en 2004 en 831,0 pesos, en 2003 en 812,0 pesos y en 2002 en 848,8 pesos, siempre a valores constantes.

Si se observan los precios internacionales, se aprecia el mismo fenómeno. En junio último promedio los 531 dólares la tonelada, mientras que en igual mes de 2007 estaba en 281 dólares (leyó bien, no hay error), en 2006 en 227 dólares, en 2005 en 243 dólares, en 2004 en 245 dólares, en 2003 en 225 dólares y en 2002 en 190 dólares. Las entidades ruralistas prefieren ignorar estos datos y mucho más revelar cuánto ganan.