Una ballena franca fue destrozada por el buque de guerra “Heroína” en Puerto Madryn. La Armada explicó que fue “un accidente” y que “se presume que la ballena estaba atontada, víctima de un estado confusional”. Si bien se desconoce el peritaje psicológico del cetáceo, el gobernador de Chubut, Mario Das Neves, a través de su ministro de Medio Ambiente, les pidió un informe a las huestes del almirante Jorge Godoy para que den una explicación de lo sucedido en el muelle Piedra Buena. Hace dos años, a la Marina ya le habían advertido que no trasladara los buques destructores para hacer ejercicios en la época de reproducción y avistaje de ballenas por el riesgo de accidentes. Sin embargo, hizo caso omiso y ahora reiteró que no hay motivo para rever esa decisión.

En la página web de la Armada se informa que el 9 de julio llegaron a Puerto Madryn los destructores “Heroína” y “Argentina”, la corbeta “Espora”, el aviso “Teniente Olivieri”, el transporte rápido “Hércules”, el submarino “Santa Cruz” y dos helicópteros. En el marco de los ejercicios militares y las actividades de integración con la comunidad, la Armada creyó encontrar un buen filón en el paseo de turistas para avistar ballenas en Puerto Madryn. Es la única explicación para que en un país con 3800 kilómetros de litoral marítimo se eligiera ese lugar y ese momento. La decisión encubre el riesgo de utilizar buques de guerra para hacer turismo. Otro riesgo adicional es el costo de semejante despliegue. Más allá del desplazamiento, ahora la reparación del destructor que acababa de recibir un mantenimiento especial requerirá unos dos millones de pesos sólo para sacarlo del mar y poder medir la magnitud del daño.

El sábado pasado, cuando el destructor “Heroína” estaba realizando las maniobras para zarpar de regreso rumbo a Puerto Belgrano se produjo el accidente. “Con visibilidad escasa, el oficial de popa avistó una ballena que se aproximaba a gran velocidad y, a pesar del intento del comandante por evitar la colisión, el cetáceo impactó contra las hélices y fue destrozado al instante”, fue la primera explicación del vocero de la Armada y presumió que el mamífero estaba atontado, “víctima de un estado confusional”. Autoridades del gobierno chubutense calificaron como “hilarante” la explicación. El subsecretario de Planificación y Política Ambiental de la Nación, José María Musmeci, advirtió que “la Marina no puede realizar movimientos de este tipo durante la temporada de avistaje”.

En 1984 fue sancionada la ley nacional 23.094 que declara monumento natural a todas la ballenas francas que se encuentran en aguas jurisdiccionales. Esa norma fue complementada por la ley provincial 2381 que prohíbe expresamente el buceo junto a las ballenas, toda actividad de persecución a especies marinas y sus crías, así como también la “navegación, natación y buceo en las costas y mar de jurisdicción provincial en época de apareamiento”. No sólo autoridades provinciales sino diversas organizaciones ecologistas le habían pedido a la Armada que cesara con esos ejercicios. Ya en el 2006, uno de los barcos había golpeado a una ballena y reforzó la queja.

Especialistas en navegación explicaron a Páginai12 que los desatinos fueron varios. Por un lado, la Prefectura había sugerido que se demorara la partida de los barcos porque la niebla complicaba la visibilidad. Una vez ocurrido el accidente, la Armada dijo que la ballena había embestido al barco y después negó la existencia de ejercicios militares en la zona.

El gobierno de Chubut responsabilizó a la Armada por el accidente. “Para nosotros está claro lo que pasó: cuando la embarcación se retiraba, realizó una maniobra brusca y embistió al animal, pero descartamos absolutamente que la ballena pudiera tener algún tipo de problema”, afirmó Daniel Taito, subsecretario de Información Pública de Chubut. “No hay nada que explicar, deberían asumir el grave error que cometieron, pedir disculpas y no volver a realizar este tipo de maniobras durante la época de ballenas”, recalcó el funcionario. Los mismos marinos explicaron que a veces navegaban rodeados por unos cincuenta cetáceos.

El comandante de Operaciones Navales, contraalmirante Eduardo Castro Rivas,se trasladó a Madryn para dar una conferencia de prensa y ratificar que se trató de un “accidente”, pero insistió en que continuarán con los ejercicios. Guillermo Caille, coordinador técnico de Fundación Patagonia Natural, retrucó que lo sucedido fue un “hecho lamentable, pero que ya habíamos anticipado que podría pasar”.

Chubut parece no ser un buen lugar para la conducción de la Armada. Cinco almirantes, encabezados por el propio Godoy, tendrán que prestar declaración indagatoria ante la Justicia de Rawson en la causa por espionaje interno. Sólo esperan ahora que no los denuncien por violar las leyes conservacionistas de la provincia.