EL PAíS › HOMENAJE A LAS VíCTIMAS DEL ATENTADO CONTRA LA AMIA DEL 18 DE JULIO DE 1994
En la concentración convocada por la agrupación Familiares de las Víctimas, la AMIA y la DAIA se reconocieron avances en las causas judiciales y se reclamó que el Gobierno rompa relaciones diplomáticas con Irán.
› Por Raúl Kollmann
Miles de personas, con carteles en los que se veía el rostro de cada una de las víctimas del atentado, conmemoraron ayer el 14 aniversario del ataque contra la mutual judía. “14 años, toda una vida, sin 85 vidas”, decía el cartel en el escenario principal. En la concentración convocada por la agrupación Familiares de las Víctimas, la AMIA y la DAIA los principales reclamos y acusaciones fueron contra Irán y la organización libanesa Hezbolá, señalados por la Justicia argentina como responsables del atentado. Hubo también exigencias duras para el fiscal Alberto Nisman a quien se le pidió el esclarecimiento de la parte local del atentado, identificando quién armó el coche-bomba, de dónde salieron los explosivos y quién fue el sostén argentino de la operación terrorista. También para el juez Ariel Lijo, al que se le insistió en que determine las responsabilidades de Carlos Menem y Carlos Corach en el sembrado de pistas falsas. Respecto del Poder Ejecutivo, hubo un reconocimiento a Néstor Kirchner por haber denunciado a Irán ante las Naciones Unidas y un reclamo a Cristina para que esa política tenga mayor continuidad.
Como lo había anticipado el día anterior, la Presidenta no estuvo en el acto. En su representación llegó el ministro de Justicia, Aníbal Fernández; el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, y la titular del Inadi, María José Lubertino. También estuvo el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, los ex jefes Aníbal Ibarra y Jorge Telerman y el diputado nacional Ariel Basteiro. Desde el punto de vista de la representación internacional, hubo dos presencias muy notorias: el vicecanciller de Israel, Majalli Whbbe, y el presidente de Lituania, de visita en la Argentina, Valdas Adamkus, además del embajador de Israel, Rafael Eldad, y el de Estados Unidos, Earl Anthony Wayne.
El momento más desgarrador es, todos los años, el que se produce cuando a las 9.53, la hora del atentado, empieza a sonar una sirena dolorosa. Los familiares y amigos de las víctimas, agrupados alrededor del palco, reviven la tragedia en toda su intensidad en esos instantes. En el acto, que contó con la conducción de Mónica Gutiérrez, cantaron Julia Zenko –“Con las alas del alma”– y Juan Carlos Baglietto, el tema “No Olvides”.
El discurso del presidente de la AMIA, Guillermo Borger, sorprendió, esencialmente, porque la corriente ortodoxa de la que proviene había adelantado que no tendría un alto perfil político. Sin embargo, Borger se metió en la arena política en forma nítida. Por de pronto, reclamó la ruptura de relaciones de la Argentina con Irán: “¿Cómo puede ser que la Justicia argentina señale a Irán y a altos funcionarios de ese país como responsables por el atentado y se sigan manteniendo vínculos diplomáticos?”, se preguntó.
La referencia al fiscal Nisman fue de cierto reconocimiento, pero también de crítica. “Queremos resultados concretos y respuestas concretas para las preguntas que nos hacemos desde hace años: ¿de dónde provino el explosivo?; ¿dónde se armó la camioneta-bomba?; ¿quién fue el coordinador del atentado en Buenos Aires?; ¿qué ocurrió en la Triple Frontera?”, se preguntó Borger.
Otros de los puntos llamativos del presidente de la AMIA fue el reclamo a la Corte Suprema para que resuelva sobre el resultado del juicio oral en el que fueron sobreseídos todos los imputados. Borger insistió en acusar a Carlos Telleldin, el armador de autos truchos, último tenedor de la camioneta que explotó en la AMIA. Y también tuvo una frase de exigencia para el juez Lijo, señalando que debe investigar por las irregularidades en el caso del atentado al ex presidente Menem y a su ministro Corach. Borger no hizo referencia al principal referente de la comunidad judía argentina de la época, Rubén Beraja, también acusado en esa causa.
El cierre estuvo a cargo de Luis Czyzewski, padre de Paola, en nombre de la agrupación Familiares. Sus reclamos fueron en el mismo sentido que los del presidente de la AMIA. Le exigió, por ejemplo, a Hugo Chávez que le diga “a su íntimo amigo el presidente de Irán, que ponga a disposición de la Justicia argentina a los funcionarios acusados por los atentados”. Arremetió también contra Luis D’Elía por no coincidir con esas imputaciones contra Irán y se lamentó de que “no desaparezca de la consideración pública”. Respecto del fiscal Nisman y del juez Lijo sostuvo que “están en deuda con los muertos, con los Familiares y con el país” y, finalmente, elogió y criticó al gobierno nacional. Por un lado, afirmó que respetó su compromiso de denunciar a Irán ante las Naciones Unidas y que el Ministerio de Justicia hizo un esfuerzo importante para que las órdenes de captura se voten en Interpol, pero reclamó, por ejemplo, mayor protesta porque Irán homenajeó con una estampilla a Imad Mugniyeh, imputado por la Justicia argentina y porque tampoco hubo una queja ante Arabia Saudita debido a que dos de los acusados iraníes estuvieron en visita oficial en ese país.
La oradora invitada fue Estela de Carlotto, titular de Abuelas de Plaza de Mayo, quien equiparó el dolor de los familiares de las víctimas del atentado con el de las abuelas que perdieron a sus hijos y nietos “por el terrorismo de Estado”.
“A catorce años en que nos sacudió a todos los argentinos la bomba del horror y cuando las Abuelas teníamos un camino largo recorrido, nos sacudió el dolor y la comprensión sobre las madres, los hermanos y familiares que después del estruendo pensaron que allí estarían y encontrarían vivos a sus seres queridos”, culminó Carlotto.
El gobierno de Israel destacó el “esfuerzo” de las autoridades argentinas por detener a los implicados en el atentado a la AMIA, sobre quienes pesan órdenes de captura internacionales, y alentó a seguir adelante “para llevar a juicio a los ejecutores del ataque y a sus socios”. Así lo hizo a través de un mensaje del viceministro de Relaciones Exteriores de Israel, Majalli Whbbe. “Estoy aquí para expresar nuestra plena identificación con la comunidad judía y con el pueblo argentino, a las víctimas argentinas del terror asesino, que en dos oportunidades tuvo como blanco a civiles inocentes”, aseguró. Señaló que “Irán es un país y Hezbolá una organización” y afirmó que “como sus hombres quedaron comprometidos en el informe de la investigación argentina, los responsables de esos delitos de lesa humanidad que se concretaron no sólo aquí en Buenos Aires, sino en otros lugares, no pueden ni deben evadir su responsabilidad”.
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