Dom 20.07.2008

EL PAíS  › LAS MEDIDAS QUE ESTUDIA EL GOBIERNO Y LOS CAMBIOS QUE YA QUEDARON DESCARTADOS

Los primeros pasos del día después

Para recuperar la iniciativa después del tropezón en el Senado se pueden adelantar medidas salariales e impositivas que iban en el Acuerdo por el Bicentenario. Se desmienten cambios de gabinete, pero no de segundas líneas.

Cómo empezar a repechar la cuesta es lo que se está evaluando por estas horas en la cúpula del Gobierno. Seguramente hoy en Olivos, cuando la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su gente más cercana hayan mitigado en parte el dolor que les causó la decisión del jueves del Senado al rechazar las retenciones móviles, empezarán a gestarse ideas para retomar la iniciativa política, que en los últimos cuatro meses estuvo restringida al conflicto con los empresarios del campo. El decisivo voto en contra del vicepresidente Julio César Cobos fue un golpe muy duro de asimilar para el oficialismo y por eso, según dijo una muy alta fuente del Gobierno a PáginaI12, “hay que esperar que la situación decante para actuar con la cabeza fría”. Con esto el funcionario explicaba por qué no hubo hasta hoy decisiones firmes para iniciar la avanzada política.

El Gobierno no tenía un plan de contingencia para el caso de que el Senado votara en contra. Hasta el miércoles parecía imposible que se dieran vuelta a último momento dos senadores más (la riojana Teresita Quintela, quien el martes a la noche le había asegurado a la Presidenta que votaría a favor, y el santiagueño Emilio Rached, que también había confirmado su fidelidad) y que tuviera que decidir Cobos. Es como si al Gobierno lo hubiera afectado un cataclismo de la naturaleza imposible de pronosticar.

Pese al panorama de desconcierto que se veía claramente el jueves a la mañana en la mayoría de los funcionarios, la Presidenta tuvo el temple de seguir con su actividad habitual en medio de rumores descabellados sobre su posible renuncia. Ese día recibió a autoridades de la AMIA y después viajó a Chaco a inaugurar el aeropuerto de Resistencia, donde envió un mensaje elíptico a quienes la habían traicionado. Pero sobre todo, tuvo los reflejos para decidir la inmediata derogación del decreto 125 sobre las retenciones móviles, que había disparado más de cuatro meses de conflicto con las cámaras agropecuarias. La medida fue anunciada al día siguiente, horas antes de otra acción meditada: convocar a Olivos a todos los diputados y senadores que habían votado el proyecto oficial para agradecerles, sin la presencia de su esposo Néstor Kirchner, que había viajado a Río Gallegos para asistir al velorio de un viejo amigo que había sido su testigo de bodas.

El Gobierno tenía en carpeta una serie de medidas para anunciar en el futuro inmediato, muchas de las cuales estaban destinadas a ser incluidas en el Acuerdo del Bicentenario. Habrá que ver si siguen teniendo el mismo destino, o si elige alguna de ellas para anunciarlas antes del macroacuerdo con las fuerzas económicas y sociales. Es probable que algunas sean comunicadas más rápidamente, porque si bien el Acuerdo es un proyecto que sigue en pie, va a demorar un tiempo en ponerse en marcha, según confió un ministro a PáginaI12. La razón de esa espera es que en el acuerdo necesariamente deben estar incluidas las cámaras agropecuarias, porque aunque estén los bancos, el comercio, la industria y la construcción, el pacto estaría rengo sin ellas. Pero a la vez hay que esperar que las brasas que ardieron durante cuatro meses se conviertan en cenizas, para poder sentarse a una mesa sin riesgo de que se reaviven.

La propuesta del Gobierno para el Acuerdo contiene pautas para sostener el crecimiento y mejorar la redistribución de la riqueza, con la inflación contenida sin necesidad de enfriar la economía. Todo esto traducido en compromisos concretos con cada sector y con objetivos y plazos de cumplimiento puntuales.

Pero hay otras medidas, pensadas originariamente para ese acuerdo, que bien podrían ser anunciadas con antelación. Una es el establecimiento de un régimen de movilidad para las jubilaciones, tal como viene exigiéndole al Gobierno la Corte Suprema. La idea sobre la que están trabajando los técnicos es elaborar una fórmula que incluya el costo de vida de acuerdo a los índices del Indec, pero que lo supere. Otra podría ser la eliminación de la tablita ideada por José Luis Machinea durante la gestión de Fernando de la Rúa para excluir del pago del impuesto a las Ganancias a un buen número de los trabajadores que ahora tributan. De ese modo se dejaría de lado el reajuste de la base no imponible cada vez que los gremios acuerdan aumentos en paritarias, lo que conlleva a que un vasto sector de empleados comiencen a pagar ganancias y se les licue ese incremento. También está en los planes convocar al Consejo del Salario para que se discuta un aumento del salario mínimo. Una posibilidad es que se fije en los 1200 pesos.

Al margen de las medidas, una de las incógnitas es si esta nueva etapa del Gobierno incluirá una renovación del gabinete. Por ahora, pese a las permanentes versiones, en las cercanías de la Presidenta se asegura que no hay nada de eso. Pero cuando se pregunta si podría haber cambios en las segundas líneas, aparece la incógnita. Y cuando se habla de segundas líneas el nombre que destella es el del secretario de Comercio, Guillermo Moreno.

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