EL PAíS › LOS MOVIMIENTOS CON VISTAS A LAS PROXIMAS ELECCIONES DEL PJ BONAERENSE
Néstor Kirchner dispuso que los comicios sean el 30 de noviembre. Pretende evitar fugas y su candidato es Alberto Balestrini. Los duhaldistas desconfían de la convocatoria. Francisco De Narváez y Felipe Solá están a la expectativa.
› Por Fernando Cibeira
La decisión del ex presidente y titular del PJ, Néstor Kirchner, de realizar la interna del justicialismo bonaerense al 30 de noviembre disparó reacciones en serie. Dentro del oficialismo K ya hay conversaciones para consensuar una lista de unidad que encabezará el vicegobernador y ex intendente de La Matanza, Alberto Balestrini. Los sectores opositores, en tanto, debieron pasar de las quejas por la falta de definiciones sobre la interna al análisis serio de sus posibilidades en la competencia. Eduardo Duhalde, Francisco de Narváez y Felipe Solá, cada uno por su lado, piensan cuál debe ser su próximo paso. El premio vale la pena: lo que está en juego es el control del mayor aparato político del país, en el que hoy el kirchnerismo descansa buena parte de sus posibilidades electorales en 2009.
Las versiones indicaban que la interna pasaría para el año que viene pero una cena en Olivos cambió la historia. El jueves Kirchner fijó la fecha y bendijo a Balestrini como su hombre para el distrito. No era una sorpresa, el nombre del vicegobernador era el que más sonaba para el cargo, dado que a su fidelidad al kirchnerismo le sumaba la ascendencia que le otorga frente a los jefes territoriales haber sido mandamás de La Matanza, una provincia dentro de la provincia de Buenos Aires. El gobernador Daniel Scioli ya había tenido su retribución con su designación como vicepresidente del PJ nacional, así que se apresuró en felicitar a Balestrini por la designación.
El primer encargo de Kirchner a Balestrini fue que hablara con los intendentes para conocer sus pretensiones. La idea es evitar las fugas y contener a la tropa en una lista de unidad. Hay muchos cargos para repartir entre vicepresidencias, secretarías y demás, por lo que calculan que no habrá muchos descontentos.
En la decisión de apresurar los comicios jugó la intención de no darle tiempo a la oposición de armarse. Pasarlo al año próximo, con lo que se pegaban con las elecciones legislativas, abría nuevos interrogantes.
Casualidad o no, el mismo día que quedó confirmada la interna fue que a Eduardo Duhalde se le ocurrió comparar a Kirchner con Hitler y Mussolini. El ex senador luego se arrepintió, pero quedó dando vueltas esa imagen: un Duhalde exaltado, lejos del gesto sereno y racional que gusta exhibir. “No creo que haya sido por la interna, creo que lo traicionaron sus ganas de seguir teniendo repercusión en los medios”, reflexionaba un importante dirigente bonaerense con pasado duhaldista.
Duhalde tomó a la provincia como punta de lanza en su armado de peronistas opositores. En el análisis de sus amigos, el kirchnerismo perderá en las elecciones de 2009 en Capital Federal, Santa Fe y Córdoba, por lo cual lo que ocurra en la provincia resultará decisivo para la cosecha del oficialismo a nivel nacional y, por ende, será la llave para el 2011. Aseguran que desde que Duhalde volvió al ruedo se viene produciendo un desfile de intendentes y dirigentes provinciales por su oficina que le hacen saber su supuesto desencanto con los Kirchner. Pero ahora que llegó el momento de demostrar esa nueva realidad en las urnas, los duhaldistas cavilan. “No sabemos si es cierto que van a convocar a internas”, explicó Carlos Brown a PáginaI12 luego de acompañar a Duhalde en el acto de lanzamiento del Movimiento Productivo Argentino (MPA) en Entre Ríos junto al ex gobernador Jorge Busti. “Hasta hace unos días decían que la iban a pasar para el año que viene. Todavía no resolvimos si vamos a participar, hay que ver si no son internas amañadas como las que hicieron en el PJ nacional”, agregó.
En el kirchnerismo, obviamente, ven otros motivos en las dudas de Duhalde. “Conoce el paño y sabe que no tiene tiempo para armar algo serio”, respondían. Y que poco futuro podría tener el armado opositor duhaldista si de arranque sufre una dura derrota justo en la provincia de Buenos Aires.
“Los que tienen problemas en la provincia son ellos”, insistió Brown. “Sobre todo, en las localidades del interior, que después del conflicto con el campo no quieren saber más nada con el Gobierno”, acotó.
Duhalde no es el único opositor que está mirando la nueva situación. Francisco de Narváez ya había amagado con darle pelea al kirchnerismo en las internas del PJ nacional. Todavía no anticipó cuál será su postura en provincia, según explicaron en su entorno, “a la espera de una convocatoria formal”. De nuevo, De Narváez amenaza presentarse en busca de obtener la minoría en el distrito. Pero para conseguir ese objetivo debería alcanzar algún acuerdo con Duhalde, algo que todavía parece muy verde. Por las dudas, cerca de De Narváez recuerdan que él formó su propio partido –Unión Popular– con el que en las últimas elecciones se presentó como candidato a gobernador en alianza con el PRO de Mauricio Macri. Es decir, que tal vez de nuevo no se presente a la interna.
Otro caso es el de Felipe Solá, también entusiasmado con la posibilidad de armar políticamente en la vereda de enfrente del kirchnerismo desde que se distanció a partir de la votación por las retenciones móviles. “La verdad es que a Felipe nunca le interesaron las cuestiones de la interna del PJ bonaerense, pero esta vez está analizando el panorama”, explicaba un integrante de su entorno. Su situación es particular, Solá es diputado con mandato hasta 2011, por lo que no tiene posibilidades de presentarse en las elecciones del año que viene. Sería diferente si el oficialismo insistiera en la posibilidad de hacer renunciar a su banca de senador a Eric Calcagno, forzando una elección para esa banca junto con la de diputados. Si eso se produjera, se habla de una megacampaña con Kirchner, Duhalde y hasta Solá como candidatos, pero la versión por ahora no pasa de eso.
Por eso, la interna bonaerense podría resultarle a Solá una buena opción para testear la popularidad que, aseguran en su entorno, se granjeó a partir del conflicto agropecuario en el interior de la provincia. Con todo, cerca de él conceden que “es imposible dar pelea contra el kirchnerismo en una interna cerrada”. También estaría latente la alternativa de un acuerdo con Duhalde, pero Solá ya aclaró que aunque cada tanto dialoga con el ex presidente no lo ve como posible aliado político.
Quienes ya anunciaron que quieren competir son los dirigentes que formaron parte del armado de los Rodríguez Saá en la última elección, con Daniel “Chicho” Basile y Teresa González, la ex mujer de Solá, a la cabeza. No contarían con gran respaldo.
La gigantesca geografía provincial incluye 134 municipios divididos en ocho secciones electorales. Según los números que maneja el actual titular del PJ bonaerense, José María Díaz Bancalari, el padrón cuenta con poco más de un millón y medio de afiliados y en una interna para cargos partidarios suele darse una participación de alrededor del 20 por ciento. Y si, como pretende el kirchnerismo, la oposición no consigue armar una lista a tiempo y hay boleta única, el interés terminará centrado en lo que suceda en los municipios, donde seguramente habrá pelea.
Es que en la última elección corrió el sistema de las “colectoras”, con muchas listas paralelas que sumaron para la candidatura presidencial de Cristina Kirchner. El mecanismo debilitó a muchos intendentes que consiguieron pocos votos y pocos concejales. En esta interna, esos jefes comunales buscarán afianzar su liderazgo y habrá quienes se le animen a enfrentarlos. Por allí también andarán los opositores, buscando heridos que acepten subirse a la ambulancia no K.
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