Convencido de contar con las manos suficientes para darle media sanción parlamentaria, el kirchnerismo apura la definición de la reestatización de Aerolíneas Argentinas y Austral, y quiere que el proyecto se vote en el recinto de Diputados este miércoles o, a más tardar, el jueves. Aunque recién despejará sus dudas mañana, cuando el pleno del bloque del Frente para la Victoria se reúna para aunar criterios y aglutinar la tropa detrás de la iniciativa del Gobierno. El oficialismo considera que esta vez –a diferencia de cuando se trataron las retenciones móviles– la presión social se hará sentir a través de los trabajadores, donde la mayoría de los gremios aeronáuticos respalda el regreso al Estado de la aerolínea de bandera. Pero también propondrá modificaciones al proyecto: la mayoría de los diputados kirchneristas quiere borrar del texto el artículo que abre las puertas a una futura privatización de la compañía aérea.

“Si algún gobierno en el futuro quiere volver a privatizar Aerolíneas, que se encargue de lograr el consenso necesario para que el Congreso le apruebe el proyecto. No vamos a ser nosotros quienes facilitemos ese camino.” La frase de una de las principales espadas del kirchnerismo parlamentario resume el estado de ánimo de sus propios diputados. La mayoría de ellos no está dispuesto a avalar un proyecto en el que el Estado desembolsará recursos propios para “rescatar” la compañía y, al mismo tiempo, posibilitar su regreso a manos privadas.

Nadie, entre los diputados oficialistas, quiere pagar ese costo político “innecesario”, ni cargar con el peso de la sospecha. Este es el principal cuestionamiento a la iniciativa del Gobierno y quedará expuesto en el debate que la bancada oficialista tendrá puertas adentro mañana en la Cámara baja. Allí se brindarán algunos datos que el oficialismo se reserva sobre el “valor real” de la compañía y la estrategia que se habría trazado el Gobierno en el acuerdo sellado con Marsans, el último de los grupos privados que manejó Aerolíneas y continuó su “vaciamiento”.

El acuerdo con Marsans, que el Parlamento deberá aprobar junto con el proyecto oficial, también fue motivo de críticas de parte de algunos bloques opositores. Así se lo expresaron a Agustín Rossi, los diputados de Solidaridad e Igualdad (SI) y del Movimiento Popular Neuquino (MPN), en la ronda que el jefe de la bancada K inició con los bloques parlamentarios que no se plegaron a la propuesta impulsada por la UCR, la CC, el PRO y el PJ disidente para declarar la quiebra de AA y crear una nueva compañía.

Con escaso acompañamiento, el kirchnerismo dependerá de su propia tropa y de algunos aliados fieles, como el dividido bloque de los radicales K y el que encabeza el socialista y dirigente aeronáutico Ariel Basteiro. Si el oficialismo logra encolumnar a la mayoría de sus legisladores –aunque prevé algunas deserciones– avanzará con la estrategia que trazó Rossi.

El kirchnerismo irá al plenario de las comisiones de Transporte y Presupuesto con su propio cronograma: firmar un dictamen de mayoría que respalde la iniciativa y pedir que el miércoles se vote el proyecto sobre tablas. Si el grueso de la oposición no aprueba la propuesta, para la que oficialismo necesita dos tercios de los presentes en el recinto, pedirán preferencia para su tratamiento y convocarán a sesionar el jueves.

Desde el oficialismo quieren que el proyecto se apruebe en el Senado antes de fin de mes. La decisión tiene dos objetivos: el Gobierno aspira a definir “rápido” el tema que ya le quitó varios millones de su presupuesto para garantizar la continuidad operativa de AA y los legisladores temen que la prolongación del debate, como en el conflicto con los ruralistas, carcoma voluntades en su filas. Aunque esta vez –estiman– serán los más de 9 mil trabajadores de Aerolíneas y Austral quienes presionarán al Congreso. Seis de los siete gremios aeronáuticos están a favor de la reestatización de AA y ya salieron a denostar el proyecto opositor. Incluso –insisten– se sumará la mayoría los técnicos afiliados al sindicato que dirige el ex subsecretario de Transporte Aeronáutico, Ricardo Cirielli, crítico del proyecto.