Elisa Carrió hizo ayer otro de sus ya habituales pronósticos. “Si el Gobierno no cambia, no llegamos a diciembre”, vaticinó esta vez la líder de la Coalición Cívica, y advirtió también que “el fin de fiesta de la corrupción no pueden pagarlo los argentinos” y criticó a los sectores de centroizquierda que acompañaron al oficialismo con su voto a favor de la reestatización de Aerolíneas Argentinas. Carrió habló, además, de la situación de los empresarios rurales.

Rodeada de los dirigentes que la acompañan, Carrió ofreció una conferencia en el Instituto Hannah Arendt para tratar de recuperar el protagonismo que en su condición de opositora perdió a manos de Julio Cobos. Del mendocino se ocupó su socia Margarita Stolbizer: “Es parte de este gobierno y durante la gestión Kirchner no sucedió solamente el problema con el campo; también hubo corrupción generalizada y ningún avance en materia de redistribución del ingreso y, sin embargo, el vicepresidente no ha mostrado su desacuerdo”.

Carrió sostuvo que el Gobierno debe cambiar “algunas variables de la política económica” y pronosticó que si no lo hace “vamos por mal camino”.

“Resulta inconcebible que el Estado argentino se haga cargo de la deuda de una empresa española”, dijo contra la reestatización de Aerolíneas Argentinas. Aunque no lo mencionó, su crítica al centroizquierda que votó junto al oficialismo tuvo por destinatario central al SI, fundado por quienes abandonaron el ARI.

Sobre el sector agropecuario manifestó que “todavía quedan graves problemas sin solución porque no existe una política agropecuaria”. “Al campo le pido paciencia porque hay muchos problemas conjuntos que deben resolverse, aunque no veo que el Gobierno tome la crisis del sector como una cuestión central”, resaltó y dijo que “es importante que la gente del campo pueda hablar ahora con los nuevos opositores de la Argentina”.