EL PAíS › RANDAZZO CONVOCARá A FELIPE SOLá A UNA REUNIóN
› Por Daniel Miguez
El Gobierno viene dando evidentes signos de acercamiento a dirigentes peronistas que tomaron distancia durante el conflicto agropecuario: gobernadores, senadores y diputados que se opusieron al proyecto oficial de retenciones móviles ya se sentaron frente a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el titular del PJ, Néstor Kirchner; el jefe de Gabinete, Sergio Massa, o el ministro del Interior, Florencio Randazzo. Y muchos se preguntaban si algún día llegará el turno del diputado y ex gobernador Felipe Solá, uno de los disidentes más notorios. “Lo más probable es que pronto lo reciba Randazzo”, le dijo una alta fuente a PáginaI12.
De todas maneras, hay muchos en el Gobierno que, aunque dicen tenerle respeto, consideran que Solá es una causa perdida “porque nunca se acomoda a ningún proyecto colectivo”, según la definición de un ministro. Con otras palabras, un ex ministro, que no es amigo del anterior, solía definir de manera similar a Solá: “Tiene un ego tan grande, que le cuesta aceptar otra autoridad que no sea él mismo ni deponer lo que él quiere en pos del conjunto”. Y esta caracterización fue hecha antes del voto del diputado contra las retenciones móviles.
Con todas esas prevenciones, igual en el Gobierno lo consideran como un hombre cuyas opiniones cuentan. “Si nos acercamos a otros con los que tenemos más diferencias que con Felipe, cómo no vamos a hablar con él”, afirmó a este diario uno de los operadores políticos del Gobierno.
Quizás en ese último argumento esté la verdadera razón de un acercamiento, ya que, como señalan en la Casa Rosada, Solá no tiene una estructura propia ni intendentes que le respondan. Y tampoco estaría dispuesto a alistarse en las filas del peronismo disidente de Eduardo Duhalde.
Que la reunión pueda quedar en manos de Randazzo no es casualidad. Tiene una larga historia en común con Solá, de quien fue su jefe de Gabinete cuando gobernaba la provincia de Buenos Aires. Quienes conocían bien aquel gobierno bonaerense decían que Randazzo era el que empujaba algunas de sus decisiones. La más emblemática fue la de romper con el duhaldismo para sumarse de pleno al kirchnerismo. Que Solá lo haya hecho un poco a regañadientes quizás le costó no tener el aval de Néstor Kirchner para intentar su re-reelección como gobernador ni un cargo más alto en la Cámara de Diputados.
La posible convocatoria a Solá forma parte de las movidas que viene haciendo el Gobierno para acercarse “a algunos, no a todos” –aclaran en la Casa Rosada– los peronistas que se alejaron del kirchnerismo en la pelea de los entidades agropecuarias con el Gobierno.
El jueves la Presidenta recibió –junto a otros gobernadores– al gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, y terminaron de hacer las paces, con la invitación que él le hizo para visitar la provincia el 2 de septiembre. El camino lo había abierto Randazzo, quien días antes había acordado con el cordobés una salida para la crisis financiera de la caja de jubilaciones de su provincia.
El martes fue Kirchner el anfitrión en Olivos del senador Carlos Reutemann, quien dio aviso de que se seguía considerando dentro del proyecto oficialista. En la misma línea, durante una reciente visita a Santa Rosa, la Presidenta almorzó con Manuel Baladrón y Adriana García, dos diputados del peronismo pampeano que había votado contra las retenciones móviles.
Y antes de eso, el jefe de Gabinete, Sergio Massa, había recibido al gobernador de Chubut, Mario Das Neves.
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