“Claro que no voy a aflojar, hermana, ni abajo del agua”, dijo ayer la presidenta Cristina Fernández en un acto en la localidad santiagueña de Frías. Tras escuchar gritos de aliento que provenían de un grupo de mujeres, respondió con esa frase en medio de las sonrisas de quienes la rodeaban. Estaba acompañada por el gobernador Gerardo Zamora y el intendente local, Fernando Salim, con quien CFK supo compartir la banca en Diputados. Durante su visita a Frías, 170 kilómetros al oeste de la capital provincial, la mandataria destacó que en el país hay mucha desigualdad entre las regiones ricas y las pobres. “Tenemos que comenzar a hablar sin eufemismos. Hay una Argentina rica y una pobre. Y hay que poner en marcha esa Argentina pobre de una buena vez. El gran desafío de la dirigencia popular y nacional es romper la desigualdad de las zonas más alejadas y menos favorecidas climáticamente, que necesitan un tratamiento diferencial”, dijo. En su visita, la Presidenta anunció obras por más de 960 millones de pesos y elogió calurosamente a Zamora, uno de los radicales que optó por seguir siendo K. “Es un gobernador de lujo que contribuye al crecimiento”, sostuvo.