La Justicia finalmente condenó a los autores de los ataques a las obras del artista plástico León Ferrari a una pena reducida de dos años y tres meses de trabajos sociales. Héctor Martín Capizzano, Carlos María Astinza y Néstor Daniel Mariotti cumplirán una probation en tres instituciones religiosas y deberán pagarle a Ferrari una suma de 10 mil pesos por daños. Ferrari, a su vez, decidió redoblar su apuesta y decidió donar esos fondos a la Comunidad Homosexual Argentina. En las breves cinco páginas de resolución, el Tribunal Oral en lo Criminal 30 no hizo una sola mención a las organizaciones de la ultraderecha católica que aquella noche del 3 de noviembre de 2004 convocaron a sus seguidores a la puerta del Centro Cultural Recoleta, repartieron volantes y fogonearon, finalmente, los ataques. “La condena para mí es suficiente”, dijo Ferrari.

Como anticipó PáginaI12 en su edición de ayer, dado que ninguno de los tres acusados tenía antecedentes penales, el Tribunal aceptó el juicio abreviado pedido por la defensa y acordado por las partes.

Con ese beneficio, Capizzano, Astinza y Mariotti ahora deberán trabajar ocho horas al mes en instituciones religiosas, todas afines y a las que podrán ir sin siquiera tomarse un colectivo porque todas quedan muy cerca de sus casas. En el caso de Capizzano hará sus trabajos en Misioneros de la Madre Maravillas de Jesús, de Echeverría 2282, local 14 y 15, de la ciudad de Buenos Aires, en horarios que “no le impidan cumplir con sus actuales condiciones de trabajo”. Astinza trabajará en la parroquia Santa María del Camino, de Bernardo de Irigoyen 2040, de Boulogne, y Mariotti, en la parroquia San Roque, de Larrea 4780, de Villa Insuperable, de la provincia de Buenos Aires.

Ya en los primeros meses de investigación, Capizzano y Astinza aparecían como los responsables directos de los destrozos. Mientras un grupo de alborotadores católicos esa noche permaneció afuera del museo, ellos se metieron a romper los vidrios y el acrílico de las dos obras dañadas. Mariotti se quedó afuera como custodia. Esos roles ahora quedaron esbozados sólo escuetamente en la resolución. Los jueces Hugo Fabián Decaría, René Moles Penelas y Alejandro Litvack consideraron a Capizzano y Astinza como coautores del daño agravado por tratarse de daños a un museo y a Mariotti como partícipe secundario, amenazas coactivas y agravadas por el uso de armas. Como no tienen antecedentes y se trata de personas con “formación profesional y terciaria” aceptaron la probation. Sólo hubo diferencias menores en el rol de Capizzano.

Capizzano nació el 28 de marzo de 1973, Aztiaga el 18 de agosto de 1985 y Mariotti el 26 de agosto de 1976. De todos, Capizzano es el mayor, pero también el más preparado. Astinza es chef, Mariotti es custodia en un banco y Capizzano, que está casado y es padre de un hijo pequeño al que le ha puesto “Benedicto”, es profesor de historia pero no ejerce. Cuando el Tribunal le preguntó qué hacía, respondió que era free-lance y trabajaba en la calle con encuestas. Quienes siguieron la causa creen que eso no es todo, que es uno de los dirigentes de las organizaciones que durante esos días y esas noches salieron a protestar en contra de la muestra de Ferrari. Sólo como ejemplo, este diario fotografió en la puerta del museo a uno de los mellizos Gristelli, líderes de la Agrupación Custodia de la ultraderecha católica. A él se oyó decirles a los muchachos que eran sacados por la policía que no se preocupen, que el abogado ya iba para allá. El abogado en cuestión es José María Soaje Pinto, católico y defensor de Mohamed Alí Seineldín, del neonazi Alejandro Biondini y del ex criminal nazi Walter Kutschsmann. También es el abogado de ellos.