La “amnistía” que la conducción del radicalismo está analizando para reagrupar a los dirigentes alejados de la UCR disparó la reacción de los correligionarios. El titular del bloque radical del Senado, Ernesto Sanz, el de Diputados, Oscar Aguad, y “el propio vicepresidente Julio Cobos son los que pueden llevar adelante una renovación y no hay que pedir amnistía, ni permiso”, se plantó el gobernador de Corrientes, Arturo Colombi, tan enfrentado con el Gobierno como con el presidente del Comité Nacional del partido, Gerardo Morales. Aguad recogió el guante y consideró que “la UCR necesita de una reorganización con una camada de nuevos dirigentes” e, incluso, la recuperación de “referentes como (Elisa) Carrió y (Ricardo) López Murphy”.

Con distintos matices, cobistas y radicales K coinciden en la necesidad de convocar a elecciones internas para cambiar la conducción de la UCR. Algunos hasta califican las posturas de las actuales autoridades partidarias como una “payasada” y otros se refieren al sector como “radicalandia”.

La UCR deberá hacer un enorme trabajo si quiere volver a colocar bajo el mismo paraguas a los radicales dispersos por todo el arco político. Tras la fractura de la Concertación entre cobistas y kirchneristas, ambos espacios siguen vinculados por el enojo con aquellos radicales que los expulsaron del partido, los sancionaron o intervinieron sus distritos. Ahora, todos ellos piden la cabeza de Morales y los más duros hasta ponen su alejamiento como condición para sentarse a conversar sobre un futuro regreso. “No es una prioridad volver al partido, pero sí mantener las relaciones con los gobernadores e intendentes”, aseguraron a PáginaI12 cerca de Cobos.

El gobernador correntino se ubicó del lado que lidera el vicepresidente, quien ya puso en marcha un armado propio, por fuera de la UCR. Colombi advirtió que no está de acuerdo “con eso de usar la palabra amnistía” y agregó que “dentro de la Unión Cívica Radical tenemos dirigentes que pueden formar nuevos espacios sin necesidad de pedirle permiso a nadie y estamos trabajando para eso”.

El diputado cordobés Aguad ratificó que “la UCR necesita de una reorganización con una camada de nuevos dirigentes que se sumen a aquellos que están actualmente en la estructura partidaria y los que están distanciados, incluso con referentes como Carrió y López Murphy”. Aguad afirmó que “con todo gusto” participaría de esa renovación que Colombi propuso junto a Cobos y Sanz.

En realidad, la situación política de Corrientes está signada por la interna entre los primos Colombi, ambos de cuna radical. El principal opositor de Arturo, que gobierna actualmente, es Ricardo Colombi, su antecesor. En las elecciones nacionales del año pasado, Arturo apoyó a la fórmula Fernández-Cobos y Ricardo la de Lavagna-Morales. A diferencia de la mayoría de las provincias, los primos se enfrentarán en las elecciones a gobernador que se realizarán el próximo 23 de noviembre.

El gobernador correntino criticó la postura de Morales y marcó su afinidad con Cobos. “No somos ni seremos un partido obstruccionista que hace oposición en todos los sentidos, siempre lo dijimos y lo manifestamos durante la crisis del campo, buscamos la construcción de consensos y acuerdos que repercutan en la sociedad”, definió.

El otro gobernador que quedó fuera de la alianza con el kirchnerismo, el catamarqueño Eduardo Brizuela del Moral, también apoya la vuelta de Cobos al radicalismo. Sin embargo, es más cauto en sus críticas al presidente del Comité Nacional. Uno de los representantes políticos del gobernador planteó que la conducción “debe convocar a una mesa del diálogo con todos los sectores y allí se verá cómo se van acercando las posiciones. Pero –aclaró– no debe criticarse a la conducción”.